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Matanza en la Ciudad [Libre]
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Matanza en la Ciudad [Libre]
Recuerdo del primer mensaje :
La cabeza le daba vueltas y las tripas le rugían. Se hallaba ante la entrada de la Ciudad, completamente desnudo y sin recordar cómo había llegado hasta allí. Tuvieron que pasar unos minutos hasta que recordó, todavía confuso, que se había convertido en Ozharu para escapar de los bandidos. Sin duda había escapado, de eso estaba seguro, aunque todavía no sabía a que precio. ¿Los habría matado a todos o, por el contrario, había escapado alguno? Y, lo realmente importante era, ¿le importaba que aquellos hombres siguiesen con vida o le producía indiferencia?
Prefería no saber la respuesta...
Intentar robar a un grupo de moteros una moto no era la mejor idea que había tenido Haskoz en su vida, de eso estaba seguro. Después se había enterado de que en realidad eran bandidos. Iban por las aldeas robando lo que podían para luego festejarlo por todo lo alto en las grandes ciudades.
Era un grupo formado por quince hombres, según había contado el joven Saiyajin. Lo habían atrapado entre todos, cuando uno de los hombres lo había descubierto mientras intentaba encender la moto. Finalmente, lo amordazaron y ataron de pies y manos mientras decidían qué hacer con él. Tras una larga discusión, habían decidido llevarlo hasta la Ciudad del Oeste, sitio a donde se dirigían desde un principio, con la idea de poder sacar una buena recompensa por él. Según decían, quizás los circos o algún científico se interesase por él y su extraña cola.
Llevaban varios días viajando cuando al fin, el que parecía ser el jefe, se dignó a quitarle la mordaza y darle algo de comida y bebida. Era una oscura y fría noche, y todos comían junto al calor de gran hoguera que habían hecho horas atrás.
—Todavía no nos has dicho tu nombre, mono —dijo Thar, el jefe, cuyo nombre Haskoz ya se había olvidado, pese haberlo oído varias veces en aquel día.
—Haskoz —dijo simplemente, mientras devoraba el pequeño trozo de carne que le había dado.
—¡Qué nombre más extraño! ¿A dónde querías ir con nuestra moto, Haskoz? —dijo otro.
—Aún no lo había decidido.
La risa salió de la garganta de todos, mientras escuchaban con atención a su pequeño prisionero.
—¿Te sabes alguna historia, pequeño mono? Por las noches, solemos comer escuchando las historias de Zhar —dijo Thar, señalando a un hombretón que estaba peligrosamente cerca del fuego y envuelto en mantas—. Pero lleva días resfriado y sin poder contarnos ninguna.
—¿Os apetece oír una historia? —los ojos de Haskoz brillaron durante un instante, captando la atención de todos los bandidos— Sólo me sé una, pero estoy seguro de que jamás habéis oído algo parecido. Es única.
Haskoz terminó con su comida, mientras el silencio reinaba en la zona, tan sólo interrumpido por leves murmullos y el crepitar del fuego.
—Hubo hace tiempo un niño que vivía en una aldea lejana y remota. Lo habían encontrado en una nave espacial cuando apenas era un recién nacido, llorando, y un amable matrimonio lo adoptó. El niño no tendría nada más de especial sino fuese por su cola. Una larga y fina cola marrón, como la mía —hizo una pequeña pausa, mientras bebía un trago de agua— El niño con cola creció como los demás, jugando con el resto de niños de la aldea y sin ningún tipo de conflicto o problema. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a notar que los hombres y mujeres del pueblo le miraban de una forma extraña. ¿Miedo, odio, interés, preocupación? El joven chico no era capaz de saberlo.
Volvió a dar un trago al vaso de agua, mientras contemplaba el rostro de cada uno de sus oyentes. Parecía que la historia les interesaba, al menos por el momento.
—Y además, estaba la extraña prohibición que sus padres le tenían impuesto. Tenía terminantemente prohibido salir de casa de noche, y mucho menos contemplar el cielo desde la ventana. Las únicas excepciones se producían en noches sin luna, en las que el joven muchacho aprovechaba para deleitarse con la oscuridad de la noche.
—Era por la luna —le interrumpió un hombre, de cara redonda y barriga prominente— No podía salir por la noche para no ver la luna.
—Exacto —asintió Haskoz, y vio la sonrisa triunfal del hombre al saber que había acertado—. Sin embargo, un día rompió la regla.
Una potente ráfaga de viento los golpeó a todos en aquel momento, mientras el aullido de un lobo les llegaba a los oídos.
—¿Y qué pasó? —volvió a preguntar el hombre gordo, sin duda el más interesado en la historia que Haskoz estaba contando.
—No lo recuerda. Sólo sabe que, accidentalmente, contempló la luna llena en todo su esplendor y, después, oscuridad... —bebió otro trago de agua, vaciando el vaso, y continuó con la historia— Despertó varios días después, tirado en el suelo. Estaba en un pequeño monte, cerca de su aldea. Sin saber qué había ocurrido, volvió al pueblo, intrigado. Una vez allí, contempló horrorizado la imagen que estaba ante él. Todo estaba destruido. Las casas, fueran de madera o piedra, estaban destrozadas y en ruinas, como si un monstruo gigantes las hubiese aplastado. Pero eso no era lo peor. Sus vecinos, amigos y familiares yacían muertos por todo el pueblo, con las caras desfiguradas, algunos incluso sin rostro, y con espantosas heridas por todo el cuerpo...
—Quizá se transformó en un lobo —El sonido de su voz hizo que Haskoz volviese en sí. Se había despistado durante unos instantes, perdido en sus recuerdos...
—¿Cómo iba a hacer eso un lobo? Un lobo no tiene la fuerza necesaria para derrumbar casas, Crage. Deja que continúe la historia. —ordenó Thar.
—Veréis, el chico recordó, horas más tarde, que cuando había contemplado la luna estaba grabando con una cámara de vídeo, una cámara como esta.
Haskoz empezó a rebuscar en los bolsillos de su pantalón, con dificultad al tener las manos esposadas, hasta que encontró la Capsule. La tiró al suelo y liberó su contenido, una pequeña cámara de vídeo.
Todos se quedaron mirándola, para después fijar su vista en Haskoz. Éste rio por lo bajo.
—Ahora que lo pienso, las miradas que los vecinos lanzaban al joven eran muy parecidas a las que vosotros tenéis ahora.
—¿Dices que el chico tenía una cola como la tuya...? —dijo el hombre gordo, mientras sorbía los mocos de la nariz— Dinos, ¿qué vio en el vídeo?
—¿De verdad queréis saberlo? —un silencio incómodo reinó en el ambiente, prolongado por Haskoz conscientemente. Suspiró y levantó la mirada, mirando al cielo— Que bonita es la luna llena de esta noche, ¿verdad?
En aquel instante, las cabezas de los quince hombres se movieron a la vez, contemplando horrorizados como la luna llena brillaba en el firmamento, en un cielo sin nubes. Cuando volvieron la vista a Haskoz, desearon no haber sabido nunca el final de aquella historia.
Poco a poco, los ojos del joven Saiyan se tornaron rojos como la sangre. El vello empezó a crecerle, así como su cuerpo entero. Su rostro se transformó, obteniendo una gran mandíbula y el rostro fiero de un gorila como resultado. Poco después, lo que había sido un indefenso chico era ahora un gigante y peligroso gorila oscuro.
Perdió el control de la mente y de su cuerpo, y dejó que el monstruo hiciese lo que tenía que hacer...
Era un grupo formado por quince hombres, según había contado el joven Saiyajin. Lo habían atrapado entre todos, cuando uno de los hombres lo había descubierto mientras intentaba encender la moto. Finalmente, lo amordazaron y ataron de pies y manos mientras decidían qué hacer con él. Tras una larga discusión, habían decidido llevarlo hasta la Ciudad del Oeste, sitio a donde se dirigían desde un principio, con la idea de poder sacar una buena recompensa por él. Según decían, quizás los circos o algún científico se interesase por él y su extraña cola.
Llevaban varios días viajando cuando al fin, el que parecía ser el jefe, se dignó a quitarle la mordaza y darle algo de comida y bebida. Era una oscura y fría noche, y todos comían junto al calor de gran hoguera que habían hecho horas atrás.
—Todavía no nos has dicho tu nombre, mono —dijo Thar, el jefe, cuyo nombre Haskoz ya se había olvidado, pese haberlo oído varias veces en aquel día.
—Haskoz —dijo simplemente, mientras devoraba el pequeño trozo de carne que le había dado.
—¡Qué nombre más extraño! ¿A dónde querías ir con nuestra moto, Haskoz? —dijo otro.
—Aún no lo había decidido.
La risa salió de la garganta de todos, mientras escuchaban con atención a su pequeño prisionero.
—¿Te sabes alguna historia, pequeño mono? Por las noches, solemos comer escuchando las historias de Zhar —dijo Thar, señalando a un hombretón que estaba peligrosamente cerca del fuego y envuelto en mantas—. Pero lleva días resfriado y sin poder contarnos ninguna.
—¿Os apetece oír una historia? —los ojos de Haskoz brillaron durante un instante, captando la atención de todos los bandidos— Sólo me sé una, pero estoy seguro de que jamás habéis oído algo parecido. Es única.
Haskoz terminó con su comida, mientras el silencio reinaba en la zona, tan sólo interrumpido por leves murmullos y el crepitar del fuego.
—Hubo hace tiempo un niño que vivía en una aldea lejana y remota. Lo habían encontrado en una nave espacial cuando apenas era un recién nacido, llorando, y un amable matrimonio lo adoptó. El niño no tendría nada más de especial sino fuese por su cola. Una larga y fina cola marrón, como la mía —hizo una pequeña pausa, mientras bebía un trago de agua— El niño con cola creció como los demás, jugando con el resto de niños de la aldea y sin ningún tipo de conflicto o problema. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a notar que los hombres y mujeres del pueblo le miraban de una forma extraña. ¿Miedo, odio, interés, preocupación? El joven chico no era capaz de saberlo.
Volvió a dar un trago al vaso de agua, mientras contemplaba el rostro de cada uno de sus oyentes. Parecía que la historia les interesaba, al menos por el momento.
—Y además, estaba la extraña prohibición que sus padres le tenían impuesto. Tenía terminantemente prohibido salir de casa de noche, y mucho menos contemplar el cielo desde la ventana. Las únicas excepciones se producían en noches sin luna, en las que el joven muchacho aprovechaba para deleitarse con la oscuridad de la noche.
—Era por la luna —le interrumpió un hombre, de cara redonda y barriga prominente— No podía salir por la noche para no ver la luna.
—Exacto —asintió Haskoz, y vio la sonrisa triunfal del hombre al saber que había acertado—. Sin embargo, un día rompió la regla.
Una potente ráfaga de viento los golpeó a todos en aquel momento, mientras el aullido de un lobo les llegaba a los oídos.
—¿Y qué pasó? —volvió a preguntar el hombre gordo, sin duda el más interesado en la historia que Haskoz estaba contando.
—No lo recuerda. Sólo sabe que, accidentalmente, contempló la luna llena en todo su esplendor y, después, oscuridad... —bebió otro trago de agua, vaciando el vaso, y continuó con la historia— Despertó varios días después, tirado en el suelo. Estaba en un pequeño monte, cerca de su aldea. Sin saber qué había ocurrido, volvió al pueblo, intrigado. Una vez allí, contempló horrorizado la imagen que estaba ante él. Todo estaba destruido. Las casas, fueran de madera o piedra, estaban destrozadas y en ruinas, como si un monstruo gigantes las hubiese aplastado. Pero eso no era lo peor. Sus vecinos, amigos y familiares yacían muertos por todo el pueblo, con las caras desfiguradas, algunos incluso sin rostro, y con espantosas heridas por todo el cuerpo...
- flashback:
- El sabor a tierra y sangre fue lo primero que sintió, seguido por una repentina hambre. Estaba tirado en el suelo, desnudo, y manchado de barro. La cabeza le daba vueltas y una enorme debilidad se había apoderado de su cuerpo. ¿Qué había pasado?
—Qué demonios...
Haskoz se levantó, mientras intentaba ubicarse. Reconocía aquella montaña. Sin duda, no estaba lejos de su aldea. Sin entender muy bien porqué estaba allí, decidió que lo mejor que podía hacer era volver a su hogar.
Sus cortas y rápidas zancadas pronto le llevaron a su destino: una pequeña aldea, formada por apenas 13 casas y situada en el claro de un bosque. Decidió rodearla e ir directamente a su casa. No quería que nadie le viese sus partes íntimas, ni el estado en el que se encontraba.
El rodeo le llevó apenas 15 minutos, hasta que al fin llegó al camino que conducía directamente a su casa. Poco a poco fue vislumbrando la pequeña cabaña de madera o, más bien, el lugar donde se suponía que estaba. Confuso, aceleró la marcha.
—No puede ser...
La cabaña estaba destruida, destrozada. Era como si una enorme bestia la hubiese aplastado, o quizá había sido la tormenta... El corazón de Haskoz se paró de golpe. ¿Y sus padres? ¿Y su hermana?
Corrió hasta el lugar y encontró la respuesta a la primera pregunta. Sus padres yacían en el suelo, uno sobre el otro. Tenían los cuerpos aplastados. Se les veía los huesos de las piernas y la sangre seca recubriéndolas.
Horrorizado, apartó la vista.
—Yume...
Nervioso, empezó a apartar la madera y el escombro, buscando a su hermana.
—Por favor, no... Por favor, que no estés aquí... —susurraba Haskoz, suplicando a cualquier divinidad que le pudiese oír.
Pero ningún Dios le escuchó, o al menos, ninguno se compadeció de él. Su hermana estaba sepultada bajo unas grandes vigas de madera. Tenía el cuerpo aplastado, al igual que sus padres, y el rostro desfigurado completamente por los golpes. Era una imagen aterradora.
—¡NOOOOO! —gritó Haskoz, mientras las lágrimas empezaban a aflorar — !NOOOOO!
El llanto acudió entonces, mientras abrazaba el diminuto cuerpo de su hermana. Empezó a sollozar, sin poder contenerse. Lo peor de todo es que aquello no le aliviaba. Un enorme sentimiento de tristeza profunda y vacío le invadieron, y sintió verdadero dolor en el pecho. Hasta entonces, pensaba el corazón no dolía, que cuando alguien lo decía era de una forma metafórica... Acababa de comprobar qué realmente podía llegar a doler, y de qué manera...
— ¿Por qué? ¿¡POR QUÉ!? ¡MALDITA SEA! ¡MALDITOS SEAN TODOS! ¿¡POR QUÉ JODER POR QUÉ!?
Haskoz se levantó de golpe y empezó a golpear a cualquier cosa u objeto. Al final, terminó de rodillas pegando puñetazos al suelo, hasta que sus nudillos sangraron y las pocas energías que le quedaban se le agotaron. Después, se hizo un ovillo y lloró hasta que el sueño lo durmió.
—Quizá se transformó en un lobo —El sonido de su voz hizo que Haskoz volviese en sí. Se había despistado durante unos instantes, perdido en sus recuerdos...
—¿Cómo iba a hacer eso un lobo? Un lobo no tiene la fuerza necesaria para derrumbar casas, Crage. Deja que continúe la historia. —ordenó Thar.
—Veréis, el chico recordó, horas más tarde, que cuando había contemplado la luna estaba grabando con una cámara de vídeo, una cámara como esta.
Haskoz empezó a rebuscar en los bolsillos de su pantalón, con dificultad al tener las manos esposadas, hasta que encontró la Capsule. La tiró al suelo y liberó su contenido, una pequeña cámara de vídeo.
Todos se quedaron mirándola, para después fijar su vista en Haskoz. Éste rio por lo bajo.
—Ahora que lo pienso, las miradas que los vecinos lanzaban al joven eran muy parecidas a las que vosotros tenéis ahora.
—¿Dices que el chico tenía una cola como la tuya...? —dijo el hombre gordo, mientras sorbía los mocos de la nariz— Dinos, ¿qué vio en el vídeo?
—¿De verdad queréis saberlo? —un silencio incómodo reinó en el ambiente, prolongado por Haskoz conscientemente. Suspiró y levantó la mirada, mirando al cielo— Que bonita es la luna llena de esta noche, ¿verdad?
En aquel instante, las cabezas de los quince hombres se movieron a la vez, contemplando horrorizados como la luna llena brillaba en el firmamento, en un cielo sin nubes. Cuando volvieron la vista a Haskoz, desearon no haber sabido nunca el final de aquella historia.
Poco a poco, los ojos del joven Saiyan se tornaron rojos como la sangre. El vello empezó a crecerle, así como su cuerpo entero. Su rostro se transformó, obteniendo una gran mandíbula y el rostro fiero de un gorila como resultado. Poco después, lo que había sido un indefenso chico era ahora un gigante y peligroso gorila oscuro.
Perdió el control de la mente y de su cuerpo, y dejó que el monstruo hiciese lo que tenía que hacer...
*** *** ***
La cabeza le daba vueltas y las tripas le rugían. Se hallaba ante la entrada de la Ciudad, completamente desnudo y sin recordar cómo había llegado hasta allí. Tuvieron que pasar unos minutos hasta que recordó, todavía confuso, que se había convertido en Ozharu para escapar de los bandidos. Sin duda había escapado, de eso estaba seguro, aunque todavía no sabía a que precio. ¿Los habría matado a todos o, por el contrario, había escapado alguno? Y, lo realmente importante era, ¿le importaba que aquellos hombres siguiesen con vida o le producía indiferencia?
Prefería no saber la respuesta...
- OFF:
- Es un poco largo, pues uso el post para explicar cosas que no me acordé de detallar en la historia de mi PJ xD Basta con leer lo último para saber en qué situación se encuentra mi pj (desnudo xd y frente a la entrada de la ciudad) para poder rolear conmigo. ¡Por favor, que se una alguien! xd
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Rider dejó la cámara en el suelo y se alejó de ella, indicando a Haskoz que fuese a buscarla. El Saiyan, algo desconfiado, caminó hasta allí con Yume en su poder. Dio varios pasos hasta llegar junto a la cámara, momento en el cual empujó a su rehén con fuerza para tirarla varios metros hacia adelante y coger la cámara, aún manteniendo la katana en su poder.
—Has obrado bien, Rider. Ahora ya puedo irme...
Fue en ese momento, justo después de recuperar su objeto más valioso, cuando algo imprevisto sucedió. Una bola de energía impactó de lleno en su nuca, tirándolo al suelo con brutalidad. La sensación de mareo y confusión se mantuvieron unos instantes, para luego dar paso al dolor. Anonadado, se levantó y buscó con la mirada al culpable de aquello.
Una joven, no mayor que él, lo miraba con ojos desafiantes desde no muy lejos. Entonces oyó como algo caía de sus manos, y contempló, horrorizado lo que había sucedido. Su cámara, su preciada cámara, había sido destruida por completo en la caída.
—No... —murmuró Haskoz, impotente. Sus pupilas se dilataron y sus venas se hincharon, transportando una gran cantidad de sangre. La vena que recorría su frente era la que más sobresalía, dando la impresión que fuese a estallar de un momento a otro.
El Saiyan apretó con fuerza la katana, mientras una fuerte oleada de energía salía de su interior. Su mandíbula estaba tensa, y se podía apreciar como apretaba los dientes con rabia.
—¡TÚ! —rugió Haskoz, colérico. Ahora parecía más una bestia que un humano.
Dejando a un lado el dolor y cansancio acumulado por la batalla, hizo un sprint a máxima velocidad para llegar hasta donde se encontraba Light. Sabía que le quedaban pocas fuerzas para seguir combatiente, pero iba a usarlas todas antes de desfallecer.
—¡PUTA DE MIERDA! ¡TE VOY A MACHACAR!
Elevó la espada en lo alto para luego lanzar un poderoso mandoble descendente hacia la cabeza de Light, que la partiría en dos como no lo esquivase.
—Has obrado bien, Rider. Ahora ya puedo irme...
Fue en ese momento, justo después de recuperar su objeto más valioso, cuando algo imprevisto sucedió. Una bola de energía impactó de lleno en su nuca, tirándolo al suelo con brutalidad. La sensación de mareo y confusión se mantuvieron unos instantes, para luego dar paso al dolor. Anonadado, se levantó y buscó con la mirada al culpable de aquello.
Una joven, no mayor que él, lo miraba con ojos desafiantes desde no muy lejos. Entonces oyó como algo caía de sus manos, y contempló, horrorizado lo que había sucedido. Su cámara, su preciada cámara, había sido destruida por completo en la caída.
—No... —murmuró Haskoz, impotente. Sus pupilas se dilataron y sus venas se hincharon, transportando una gran cantidad de sangre. La vena que recorría su frente era la que más sobresalía, dando la impresión que fuese a estallar de un momento a otro.
El Saiyan apretó con fuerza la katana, mientras una fuerte oleada de energía salía de su interior. Su mandíbula estaba tensa, y se podía apreciar como apretaba los dientes con rabia.
—¡TÚ! —rugió Haskoz, colérico. Ahora parecía más una bestia que un humano.
Dejando a un lado el dolor y cansancio acumulado por la batalla, hizo un sprint a máxima velocidad para llegar hasta donde se encontraba Light. Sabía que le quedaban pocas fuerzas para seguir combatiente, pero iba a usarlas todas antes de desfallecer.
—¡PUTA DE MIERDA! ¡TE VOY A MACHACAR!
Elevó la espada en lo alto para luego lanzar un poderoso mandoble descendente hacia la cabeza de Light, que la partiría en dos como no lo esquivase.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Todo pasó muy deprisa. La cámara; la caída al suelo cuando Haskoz la empujó; el ataque sorpresa... De un segundo a otro, todo había cambiado. La cámara de video, aquel objeto al que tanto parecía apreciar el joven rubio se rompió por culpa del ataque hecho por una misteriosa chica. Sin embargo, y lo que Haskoz no sabía, es que el contenido de aquel video lo tenía Yume en su poder, gracias a haber robado con anterioridad el disco de memoria.
Pero eso él no lo sabía y, más enfadado que nunca, se precipitó sobre la chica con blandiendo su katana.
Le sorprendió las fuerzas y energías que todavía le quedaban a aquel chico. Sin duda, era un adversario a tener en cuenta. Pero dudaba que puediese hacer algo contra la nueva contrincante.
Sin en algo le había destacado aquel chico, es que pese a no tener una técnica pulida en combate, usaba su inteligencia para realizar trampas y atacar con golpes astutos. Enfadado y herido, dudaba que pudiese hacer nada. Y menos cuando la mujer había demostrado su poder con un ataque tan devastador como aquel.
No supo muy bien porqué, pero Yume sintió el impulso de intentar frenar a Haskoz en su suicidio. La había secuestrado e incluso amenazado con matarla, pero no quería verlo morir.
Corrió detrás de él, en un intento inútil para alcanzarlo, mientras cargaba en su palma una bola de energía. La única forma de detenerle era dejándole KO, de eso estaba segura.
—¡Haskoz, detente!
Pero eso él no lo sabía y, más enfadado que nunca, se precipitó sobre la chica con blandiendo su katana.
Le sorprendió las fuerzas y energías que todavía le quedaban a aquel chico. Sin duda, era un adversario a tener en cuenta. Pero dudaba que puediese hacer algo contra la nueva contrincante.
Sin en algo le había destacado aquel chico, es que pese a no tener una técnica pulida en combate, usaba su inteligencia para realizar trampas y atacar con golpes astutos. Enfadado y herido, dudaba que pudiese hacer nada. Y menos cuando la mujer había demostrado su poder con un ataque tan devastador como aquel.
No supo muy bien porqué, pero Yume sintió el impulso de intentar frenar a Haskoz en su suicidio. La había secuestrado e incluso amenazado con matarla, pero no quería verlo morir.
Corrió detrás de él, en un intento inútil para alcanzarlo, mientras cargaba en su palma una bola de energía. La única forma de detenerle era dejándole KO, de eso estaba segura.
—¡Haskoz, detente!
Yume- Mensajes : 16
Fama en el Foro : 0
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Todo estaba saliendo bien, o al menos lo mejor posible. Hazkos iba a soltar a la chica sin dañarla y se alejaría de ella. Le daría tiempo de huir y luego se encargaría de detenerlo, Rider no tenía deseos de que así sucediese pero no iba a arriesgar la vida de una persona inocente por un simple capricho. Sin embargo, todo se salió de control.
Una esfera oscura con tonos anaranjados impactó sobre el cuerpo del sayajin obligándolo a caer y haciendo que la cámara que sostenía se rompiera en mil pedazos. Para la sorpresa de humano, quien había atacado al asesino había sido alguien que había conocido días atrás. Se trataba de Lighting Farron, una muchacha con un poder abrumador y una personalidad que casi rozaba el autismo, era fría y distante como ninguna y eso era realmente peligroso. Sabía que si Light se sentía amenazada podría incluso acabar con la vida de sayajin, y no lo permitiría. Después de todo por eso comenzó la pelea contra Hazkos.
Entonces una fuerte sensación sacó a Rider de sus pensamientos, el rubio esta furioso, al parecer aquella cámara era mucho más importante de lo que había mostrado anteriormente. Parecía que la apreciaba con su vida. La furia y la impotencia hicieron que Hazkos liberara una gran cantidad de energía, era sorprendente las fuerzas que tenían en su interior. Rider tan solo observó como tomó la katana de Yume y se dirigió corriendo hacia su atacante. Sabía que quería asesinarla sin piedad, pero conocía de lo que era capaz Farron, era demasiado poderosa para que pudiera perjudicarla.
El terrícola giró su vista hacia un lado, observando a la dueña de la espada, parecía preocupada por la seguridad de su agresor, quien parecía que se dirigía a hacia una muerte anunciada. Ella lo siguió. “¿Tan rápido se encariñó con secuestrador?” pensó jocosamente mientras corrió hacia la chica. Le tomó la muñeca para frenarla, no podía dejar que se metiera en esa pelea era demasiado peligroso para ella.
- No te preocupes – dijo esbozando una leve sonrisa y guiñándole un ojo- no le pasará nada. Yo me encargó de esto, quédate aquí- diciendo esto avanzó con cuidado unos metros atento a lo que sucedía, en el primer momento en el que la vida del rubio corriera la vida, los detendría.
Todo tenía su tiempo, había que ser paciente en especial en los momentos más críticos. Como había escuchado una vez: “Mantén tu mente fría y tu corazón caliente.” Ese chico debía aprender una lección, debía saber que un alto precio se deben pagar por las malas acciones.
Una esfera oscura con tonos anaranjados impactó sobre el cuerpo del sayajin obligándolo a caer y haciendo que la cámara que sostenía se rompiera en mil pedazos. Para la sorpresa de humano, quien había atacado al asesino había sido alguien que había conocido días atrás. Se trataba de Lighting Farron, una muchacha con un poder abrumador y una personalidad que casi rozaba el autismo, era fría y distante como ninguna y eso era realmente peligroso. Sabía que si Light se sentía amenazada podría incluso acabar con la vida de sayajin, y no lo permitiría. Después de todo por eso comenzó la pelea contra Hazkos.
Entonces una fuerte sensación sacó a Rider de sus pensamientos, el rubio esta furioso, al parecer aquella cámara era mucho más importante de lo que había mostrado anteriormente. Parecía que la apreciaba con su vida. La furia y la impotencia hicieron que Hazkos liberara una gran cantidad de energía, era sorprendente las fuerzas que tenían en su interior. Rider tan solo observó como tomó la katana de Yume y se dirigió corriendo hacia su atacante. Sabía que quería asesinarla sin piedad, pero conocía de lo que era capaz Farron, era demasiado poderosa para que pudiera perjudicarla.
El terrícola giró su vista hacia un lado, observando a la dueña de la espada, parecía preocupada por la seguridad de su agresor, quien parecía que se dirigía a hacia una muerte anunciada. Ella lo siguió. “¿Tan rápido se encariñó con secuestrador?” pensó jocosamente mientras corrió hacia la chica. Le tomó la muñeca para frenarla, no podía dejar que se metiera en esa pelea era demasiado peligroso para ella.
- No te preocupes – dijo esbozando una leve sonrisa y guiñándole un ojo- no le pasará nada. Yo me encargó de esto, quédate aquí- diciendo esto avanzó con cuidado unos metros atento a lo que sucedía, en el primer momento en el que la vida del rubio corriera la vida, los detendría.
Todo tenía su tiempo, había que ser paciente en especial en los momentos más críticos. Como había escuchado una vez: “Mantén tu mente fría y tu corazón caliente.” Ese chico debía aprender una lección, debía saber que un alto precio se deben pagar por las malas acciones.
Rider- Mensajes : 48
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Fecha de inscripción : 26/07/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Mi propósito era ayudar a la chica, si podía ser alguien que no le importaba los demás pero odiaba a los hombres que toma a las mujeres o seres mas débiles que uno, eso si que lo encontraba como cobardía. Antes de que el Plo black brism golpeara la cabeza del rubio había soltado a la chica. Observe lo sucedido y parecía amar a una estúpida cámara. -Amador de lo material.- Eso no le iba a dar la vida tarde o temprano se iba a hechar a perder.
Pude sentir la furia del chico estaba preparada ante todo, el saco su gran mandoble. La chica que estaba como secuestradora iba detrás de su secuestrador, no entendía que estaba pasando pero yo no iba a quedarme con los brazos cruzados para que este me mate de una sola vez.
El corrió hacia a mi y yo hice exactamente lo mismo, claro esta que corrí a gran velocidad tomando mi espada estando una distancia bastante cercana a él esperando atacar y siendo ataca hice el Zanzouken la técnica del espejismo. Mi propósito era golpear la nuca del tipo para dejarlo K.O. con el mango de mi espada. De por si ya me encontraba detrás del chico, Una gran bola se acercaba por lo que esprinte hacia mi derecha para que esta no me golpeara.
Pude sentir la furia del chico estaba preparada ante todo, el saco su gran mandoble. La chica que estaba como secuestradora iba detrás de su secuestrador, no entendía que estaba pasando pero yo no iba a quedarme con los brazos cruzados para que este me mate de una sola vez.
El corrió hacia a mi y yo hice exactamente lo mismo, claro esta que corrí a gran velocidad tomando mi espada estando una distancia bastante cercana a él esperando atacar y siendo ataca hice el Zanzouken la técnica del espejismo. Mi propósito era golpear la nuca del tipo para dejarlo K.O. con el mango de mi espada. De por si ya me encontraba detrás del chico, Una gran bola se acercaba por lo que esprinte hacia mi derecha para que esta no me golpeara.
Lightning Farron- Mensajes : 243
Fama en el Foro : 1
Fecha de inscripción : 22/06/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La katana atravesó a Light y, por un momento, creyó que así había sido. Sin embargo, no era más que una ilusión, una imagen falsa creada por una técnica que ya conocía sobradamente. No tuvo tiempo a reaccionar, ni siquiera a pensar su próximo movimiento. Un golpe en la nuca puso fin a su consciencia, y su cuerpo cayó inerte sobre la tierra blanda y húmeda.
¿Qué depararía al joven Saiyan? ¿Le perdonarían la vida o por el contrario terminarían con su sufrimiento? Ya casi ni sabía cual de las dos opciones era mejor. Debía pagar por sus pecados y, sin embargo, tenía miedo. Miedo a ir al infierno. Miedo a perder para siempre a sus seres queridos, a su familia, a su hermana...
Su hermana Alia estaría en el Paraíso. De eso no había duda. Y si él iba al Infierno, perdería cualquier esperanza de volver a verla. Entonces, todo se volvió negro, y la oscuridad invadió la mente de Haskoz.
¿Qué depararía al joven Saiyan? ¿Le perdonarían la vida o por el contrario terminarían con su sufrimiento? Ya casi ni sabía cual de las dos opciones era mejor. Debía pagar por sus pecados y, sin embargo, tenía miedo. Miedo a ir al infierno. Miedo a perder para siempre a sus seres queridos, a su familia, a su hermana...
Su hermana Alia estaría en el Paraíso. De eso no había duda. Y si él iba al Infierno, perdería cualquier esperanza de volver a verla. Entonces, todo se volvió negro, y la oscuridad invadió la mente de Haskoz.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Alguien le agarró de la muñeca cuando empezaba su carrera hacia Haskoz, y, haciendo un giro de cadera, le soltó un revés de bofetada a su captor. No pensaba permitir que nadie más la retuviese sin su consentimiento. Con el rubio ya había tenido suficiente. Sin embargo, mientras todo esto sucedía, el combate entre Haskoz y la nueva chica había empezado.
Miró justo a tiempo para ver un fuerte golpe de Light en la nuca del chico, que cayó inconsciente o, peor aún, muerto.
-¿Está muerto? -preguntó Yuna, mientras se acercaba a ambos. Se arrodilló sobre el cuerpo de Haskoz y le tomó el pulso en el cuello. Parecía que todavía vivía. Suspiró de alivio y enfundó su katana, que estaba tirada en el suelo. Acto seguido pensó en darle un par de buenas patadas a Haskoz, por lo mal que la había hecho pasar. Sin embargo, viéndolo en el suelo, parecía tan vulnerable y tierno que no tuvo el valor suficiente para hacerlo-. Que sepas que no necesitaba tu ayuda -le dijo a la chica-, pero gracias de todas formas.
Más tarde miró hacia Rider, que todavía tendría la marca del golpe en su rostro. Quizá la había intentado agarrar para protegerla del peligro, pero de todas formas era su culpa por no haber avisado antes.
-Ni se te ocurra volver a tocarme sin mi consentimiento -le espetó a Rider, seria. Después relajó las facciones de su rostro y le preguntó:-. ¿Qué demonios tenía esa cámara para que un animal como él le diese tanta importancia? -dijo finalmente, esperando que Rider conociese la respuesta. Seguro que ya se conocían de antes.
Miró justo a tiempo para ver un fuerte golpe de Light en la nuca del chico, que cayó inconsciente o, peor aún, muerto.
-¿Está muerto? -preguntó Yuna, mientras se acercaba a ambos. Se arrodilló sobre el cuerpo de Haskoz y le tomó el pulso en el cuello. Parecía que todavía vivía. Suspiró de alivio y enfundó su katana, que estaba tirada en el suelo. Acto seguido pensó en darle un par de buenas patadas a Haskoz, por lo mal que la había hecho pasar. Sin embargo, viéndolo en el suelo, parecía tan vulnerable y tierno que no tuvo el valor suficiente para hacerlo-. Que sepas que no necesitaba tu ayuda -le dijo a la chica-, pero gracias de todas formas.
Más tarde miró hacia Rider, que todavía tendría la marca del golpe en su rostro. Quizá la había intentado agarrar para protegerla del peligro, pero de todas formas era su culpa por no haber avisado antes.
-Ni se te ocurra volver a tocarme sin mi consentimiento -le espetó a Rider, seria. Después relajó las facciones de su rostro y le preguntó:-. ¿Qué demonios tenía esa cámara para que un animal como él le diese tanta importancia? -dijo finalmente, esperando que Rider conociese la respuesta. Seguro que ya se conocían de antes.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
El día lo atacaba con miles de sorpresas, la mayoría, malas y odiosas. Encontrarse con un monstruo gigante a la mitad de la noche, pelear con el humano que en su interior habitaba aquel monstruo para evitar que ingrese a la ciudad, que en medio de la pelea apareciera una muchacha y sea tomada prisionera con su propia arma, finalmente cuando pensaba que todo acabaría alguien había atacado al secuestrador y destruido su preciada cámara comenzando otra vez una pelea que terminaría rápido.
Aquel, sin duda alguna, no era su día. Todo le había salido lo contrario de lo que pensaba, nada seguía sus predicciones y eso era fastidioso. Tal vez, Rider, lo sentía así debido a la mano que estaba marcada en su mejilla. Eso había sido lo peor de todo, era frustrante que le atacara la persona que había querido proteger, para ir con alguien que lo había agredido previamente.
Cada vez le importaba menos la situación, su rostro denotaba sus sentimientos de bronca y malestar. Ya no le dolía el rostro pero la comezón y el rojo que yacían en su piel, le hacían recordar el golpe de Yume. - No está muerto. El mono no es tan débil- respondió molesto – Hola, Light, gracias- le dijo en voz baja tratando de es
Se quedó en silencio unos segundos hasta que le volvieron a hablar de una manera que en verdad le fastidió- No lo sé, ¿Lindos paisajes? ¿Un mapa a un tesoro? ¿Pornografía?- le dijo molesto- No me interesa. ¿Y tu no tuviste tiempo de revisarla mientras revolvías mis cosas?- aunque las palabras de la chica no habían sido tan irritantes, la situación lo había superado – Por cierto, iré a ver que no falte nada- volteó hacia donde se encontraba su mochila.
- ¡Esto es increíble! ¡Trato de ayudar a alguien y me lo devuelve con un golpe! ¡No es justo!- gritaba durante su camino sin importarle si le oían- ¿¡Quién se cree?! Para colmo actúa como si pudiera defenderse sola, ¡Casi la matan con su propia espada! ¡Ridículo!- no faltaba nada en su interior y tan solo necesitó ordenar algunas cosas para cerrarla y posarla sobre su espalda. Volvió con las dos muchachas con una mirada que lanzaba chispas. - ¿Y qué haremos con el simio rubio?- dijo mirando al inconciente sayajin - ¿Qué opinas Light?
Aquel, sin duda alguna, no era su día. Todo le había salido lo contrario de lo que pensaba, nada seguía sus predicciones y eso era fastidioso. Tal vez, Rider, lo sentía así debido a la mano que estaba marcada en su mejilla. Eso había sido lo peor de todo, era frustrante que le atacara la persona que había querido proteger, para ir con alguien que lo había agredido previamente.
Cada vez le importaba menos la situación, su rostro denotaba sus sentimientos de bronca y malestar. Ya no le dolía el rostro pero la comezón y el rojo que yacían en su piel, le hacían recordar el golpe de Yume. - No está muerto. El mono no es tan débil- respondió molesto – Hola, Light, gracias- le dijo en voz baja tratando de es
Se quedó en silencio unos segundos hasta que le volvieron a hablar de una manera que en verdad le fastidió- No lo sé, ¿Lindos paisajes? ¿Un mapa a un tesoro? ¿Pornografía?- le dijo molesto- No me interesa. ¿Y tu no tuviste tiempo de revisarla mientras revolvías mis cosas?- aunque las palabras de la chica no habían sido tan irritantes, la situación lo había superado – Por cierto, iré a ver que no falte nada- volteó hacia donde se encontraba su mochila.
- ¡Esto es increíble! ¡Trato de ayudar a alguien y me lo devuelve con un golpe! ¡No es justo!- gritaba durante su camino sin importarle si le oían- ¿¡Quién se cree?! Para colmo actúa como si pudiera defenderse sola, ¡Casi la matan con su propia espada! ¡Ridículo!- no faltaba nada en su interior y tan solo necesitó ordenar algunas cosas para cerrarla y posarla sobre su espalda. Volvió con las dos muchachas con una mirada que lanzaba chispas. - ¿Y qué haremos con el simio rubio?- dijo mirando al inconciente sayajin - ¿Qué opinas Light?
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Que fastidio y pensé que me había encontrado con alguien bueno pero resulto una completa basura. Por otro lado la chica no necesitaba ayuda.
-Si no hubiera necesitado ayuda no te hubieran tomado a la fuerza, aún te falta mucho por entrenar muchacha.- La miré con indiferencia. Observe a Rider y realmente no sabía que podíamos hacer. -Primero, lo primero hay que arreglar su estúpida cámara, si no cuando despierte volverá a causar problemas.-
Me acerque a la dichosa cámara y observe cual era su problema, pues se había quebrado el foco. -Espera un minuto Rider iré donde un conocido en donde sabe este tipo de cosas.- Me eleve ya que así será mucho más rápido llegar, pero antes de irme, saque de mi bolso unas semillas que portaba. -Rider dale esta al Sayan.- Se lo dí y me fui con gran velocidad para llegar donde mi conocido quien podría arreglar su bendita cámara.
Lo que me molestaba lo de la chica es que no fuese humilde, no necesitaba ayuda ya ok... De todas maneras ya le tire sus verdades a la joven. Por otro lado, el rubio no estaba segura pero al a ver atacado puede que poca fuerza le quedaba, tenía mucha curiosidad por él y saber como es realmente. Mientras Rider, es muy bueno para combatir pero ¿por que no hizo nada para dejarlo inconciente? Como sea solo sé que tengo que llegar lo más rapido posible.
Al llegar hacia mi destino baje y camine por las calles para encontrar el lugar. Al hacerlo ingresé a su local él sabía que era de muy pocas palabras. -Que te trae por aquí.- Me dijo el viejo. -Necesito que me ayude con esta camara. Si no me equivoco creo que se quebro el foco.- El viejo observo la cámara. -Bien demorare en repararla.-Sonrio y esperé un par de minutos, mientras esperaba miraba todas las cosas antiguas que tenía. Me llamaba poderosamente la atención y entre eso había algo que mi curiosidad no daba más era una esfera naranja de 3 estrellas. Nunca lo había visto, me gustaría tenerla en mi poder.
-Si no hubiera necesitado ayuda no te hubieran tomado a la fuerza, aún te falta mucho por entrenar muchacha.- La miré con indiferencia. Observe a Rider y realmente no sabía que podíamos hacer. -Primero, lo primero hay que arreglar su estúpida cámara, si no cuando despierte volverá a causar problemas.-
Me acerque a la dichosa cámara y observe cual era su problema, pues se había quebrado el foco. -Espera un minuto Rider iré donde un conocido en donde sabe este tipo de cosas.- Me eleve ya que así será mucho más rápido llegar, pero antes de irme, saque de mi bolso unas semillas que portaba. -Rider dale esta al Sayan.- Se lo dí y me fui con gran velocidad para llegar donde mi conocido quien podría arreglar su bendita cámara.
Lo que me molestaba lo de la chica es que no fuese humilde, no necesitaba ayuda ya ok... De todas maneras ya le tire sus verdades a la joven. Por otro lado, el rubio no estaba segura pero al a ver atacado puede que poca fuerza le quedaba, tenía mucha curiosidad por él y saber como es realmente. Mientras Rider, es muy bueno para combatir pero ¿por que no hizo nada para dejarlo inconciente? Como sea solo sé que tengo que llegar lo más rapido posible.
Al llegar hacia mi destino baje y camine por las calles para encontrar el lugar. Al hacerlo ingresé a su local él sabía que era de muy pocas palabras. -Que te trae por aquí.- Me dijo el viejo. -Necesito que me ayude con esta camara. Si no me equivoco creo que se quebro el foco.- El viejo observo la cámara. -Bien demorare en repararla.-Sonrio y esperé un par de minutos, mientras esperaba miraba todas las cosas antiguas que tenía. Me llamaba poderosamente la atención y entre eso había algo que mi curiosidad no daba más era una esfera naranja de 3 estrellas. Nunca lo había visto, me gustaría tenerla en mi poder.
Lightning Farron- Mensajes : 243
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La respuesta de Rider no le agradó en absoluto. ¿Quién se creía que era para hablarle así? Y, para colmo, la acusaba de ladrona.
-¡Eh, que yo no soy una vulgar ladrona! -gritó ofendida- Simplemente tenía curiosidad por saber que tan importante era esa cámara. Sólo cogí la tarjeta de memoria.
De pronto, Light se fue a arreglar la cámara. Yume no creía que la importancia estuviese en la cámara en sí, sino en lo que contenía en su memoria. Aún así, no objetó nada. No le caía especialmente bien y no lamentaba perderla de vista durante un tiempo.
Se acercó a Rider, que ya era la segunda vez que utilizaba el nombre de simio para referirse a Haskoz. ¿Por qué lo llamaría así? Probablemente no tendría nada que ver con el simio gigante que mató a su padre, hacía menos de un año, pero aún así sentía curiosidad por averiguarlo.
-¿Por qué lo llamas simio? -exigió saber Yume.
-¡Eh, que yo no soy una vulgar ladrona! -gritó ofendida- Simplemente tenía curiosidad por saber que tan importante era esa cámara. Sólo cogí la tarjeta de memoria.
De pronto, Light se fue a arreglar la cámara. Yume no creía que la importancia estuviese en la cámara en sí, sino en lo que contenía en su memoria. Aún así, no objetó nada. No le caía especialmente bien y no lamentaba perderla de vista durante un tiempo.
Se acercó a Rider, que ya era la segunda vez que utilizaba el nombre de simio para referirse a Haskoz. ¿Por qué lo llamaría así? Probablemente no tendría nada que ver con el simio gigante que mató a su padre, hacía menos de un año, pero aún así sentía curiosidad por averiguarlo.
-¿Por qué lo llamas simio? -exigió saber Yume.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Inmediatamente que Rider había preguntado sobre que harían con el inconciente sayajin, Light tomó la cámara de video que había caído y se dispuso a ir a un lugar para que fuera reparada. En ese momento, también le entregó a Rider unas cuantas semillas de color verde indicándole que se las diera a Hazkos. Sin más, la extraterrestre se alejó del grupo a una gran velocidad. No sabía que era, ni porque quería que el sayajin las comiera. Tampoco quería probarlas, podían ser venenosas o tener un terrible efecto.
-¿No has oído el dicho: “la curiosidad mató al gato”? La próxima vez no revises las cosas que no son tuyas- le respondió con un tono más tranquilo- es de muy mala educación. Por cierto ¿Cuál es tu nombre?-
Las palabras de aquella chica le resultaban algo molestas, era muy orgullosa y malagradecida. Además de que lo había golpeado mientras trataba de ayudarla y eso en verdad le había puesto de mal humor. Tenía la vista posada en el sayajin que yacía en el suelo. No estaba muy seguro de lo que haría luego de que despertara, pero quería que dejara de matar y controlara a la bestia de su interior, que no hubiesen más muertes provocadas por el sayajin. Estaba metido en sus pensamientos, cuando la voz de la duela de la katana llamó su atención.
-¿Eh?- murmuró evidenciando su falta de concentración. Aunque respondió al instante- Bueno, podría ser por su cola- dijo señalando a su rival, hablaba con un tono algo burlón y sarcástico- pero la verdad es que, anoche, este indefenso chico se convirtió en un gorila gigante y trató aplastarme y comerme… ¡Ah! Me olvidaba, también mató a unos cuantos tipos-
Al terminar Rider, volvió a mirar las semillas que se le habían entregado, tomó una y se acercó al cuerpo de Hazkos. Se la introdujo lentamente en su boca y e hizo que se la tomara. Le intrigaba ver que efecto haría ese alimento en el chico rubio. Al pararse miró nuevamente a la muchacha.
Algo pasaba.
-¿No has oído el dicho: “la curiosidad mató al gato”? La próxima vez no revises las cosas que no son tuyas- le respondió con un tono más tranquilo- es de muy mala educación. Por cierto ¿Cuál es tu nombre?-
Las palabras de aquella chica le resultaban algo molestas, era muy orgullosa y malagradecida. Además de que lo había golpeado mientras trataba de ayudarla y eso en verdad le había puesto de mal humor. Tenía la vista posada en el sayajin que yacía en el suelo. No estaba muy seguro de lo que haría luego de que despertara, pero quería que dejara de matar y controlara a la bestia de su interior, que no hubiesen más muertes provocadas por el sayajin. Estaba metido en sus pensamientos, cuando la voz de la duela de la katana llamó su atención.
-¿Eh?- murmuró evidenciando su falta de concentración. Aunque respondió al instante- Bueno, podría ser por su cola- dijo señalando a su rival, hablaba con un tono algo burlón y sarcástico- pero la verdad es que, anoche, este indefenso chico se convirtió en un gorila gigante y trató aplastarme y comerme… ¡Ah! Me olvidaba, también mató a unos cuantos tipos-
Al terminar Rider, volvió a mirar las semillas que se le habían entregado, tomó una y se acercó al cuerpo de Hazkos. Se la introdujo lentamente en su boca y e hizo que se la tomara. Le intrigaba ver que efecto haría ese alimento en el chico rubio. Al pararse miró nuevamente a la muchacha.
Algo pasaba.
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Estaba esperando mucho por la dichosa cámara, pero mis ojos estaba cautivada en la esfera de 3 estrellas. -¿Cuanto pedira por esta insgnificante cosa?.- El hombre salio de la habitación escuchando mi pregunta. -No es una insignificante cosa, es una de las tantas esferas que pueden cumplir deseos.- Respondio sabiamente, voltee por saber más de aquella esfera.
-Para pedir un deseo debes obtener las 7 esferas.- Dijo el viejo. -¿Usted posee las otras 6?.- Pregunté quiero saber de todas ellas, era la primera vez que me interesaba por algo como eso. -No, no las poseo las demás esferas estan dispersas por el mundo.- Me entrego la cámara como nueva. -No te preocupes no me debes nada. Esta esfera no esta a la venta, pero si la deseas te la obsequiare.- Dijo finalmente el viejo. Le miré clavando mis azules ojos en él. La saco de la vitrina y me la paso, su forma de ser conmigo era extraño no sé posiblemente era en la única persona en que confiaba.
Reverencie y salí de la tienda para emprender mi viaje hacia donde estaban los jovenes. Al momento de volar no lo hacia con rapidez recordaba todas las palabras que me dijo sobre las famosas esferas, será realmente verdad lo que me dijo o solo es una leyenda, no lo sabía pero de todas formas la iba a cuidar. La guarde en mi bolso con sumo cuidado y apresure el paso para dirigirme hacia esos chicos.
Al llegar descendi y me acerque a Rider. -Aqui esta la cámara.- Se la pasé a Rider. Solo esperaba que el rubio no volviera a causar problemas.
-Para pedir un deseo debes obtener las 7 esferas.- Dijo el viejo. -¿Usted posee las otras 6?.- Pregunté quiero saber de todas ellas, era la primera vez que me interesaba por algo como eso. -No, no las poseo las demás esferas estan dispersas por el mundo.- Me entrego la cámara como nueva. -No te preocupes no me debes nada. Esta esfera no esta a la venta, pero si la deseas te la obsequiare.- Dijo finalmente el viejo. Le miré clavando mis azules ojos en él. La saco de la vitrina y me la paso, su forma de ser conmigo era extraño no sé posiblemente era en la única persona en que confiaba.
Reverencie y salí de la tienda para emprender mi viaje hacia donde estaban los jovenes. Al momento de volar no lo hacia con rapidez recordaba todas las palabras que me dijo sobre las famosas esferas, será realmente verdad lo que me dijo o solo es una leyenda, no lo sabía pero de todas formas la iba a cuidar. La guarde en mi bolso con sumo cuidado y apresure el paso para dirigirme hacia esos chicos.
Al llegar descendi y me acerque a Rider. -Aqui esta la cámara.- Se la pasé a Rider. Solo esperaba que el rubio no volviera a causar problemas.
Lightning Farron- Mensajes : 243
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Oscuridad... Sólo había oscuridad. Inmensa y negra, amenazaba con devorarle. Pues él era la única luz en aquel mundo oscuro. Y, de pronto, su cuerpo empezó a brillar. Fue como una explosión, la chispa que encendió el fuego que había en su interior. Entonces, despertó.
Abrió los ojos de golpe, incorporándose al instante. Notaba como sus heridas habían curado. Ni siquiera quedaba el rastro de cicatrices. Pero lo mejor era su energía. La había recobrado, todo de golpe, y se sentía pletórico. Apretó sus puños y elevó su energía al máximo. Era increíble, hasta sentía que se había vuelto más fuerte que antes.
Observó a los que le rodeaban. Todo seguía igual, salvo...
—Aquí está la cámara —dijo la joven que momentos antes había provocado su destrucción. Estaba intacta. Haskoz no se lo podía creer. ¿Era realmente la suya?
Miró hacia el cielo, buscando el sol. Estaba más arriba de lo que recordaba. Sin lugar a duda, había pasado cierto tiempo desde su desmayo hasta que despertó, pero no lo suficiente como para curarse de aquella manera. Si aquellos chicos habían conseguido hacer eso con su cuerpo, seguramente la cámara no les supondría un esfuerzo mayor.
—¿Por qué? —preguntó entonces Haskoz, atónito. No lo entendía. ¿Por qué le ayudaban? ¿Por qué le curaban y le arreglaban la cámara? Él había intentado matarlos y, sin embargo, ellos le hacían un favor. No lograba comprenderlo.
Abrió los ojos de golpe, incorporándose al instante. Notaba como sus heridas habían curado. Ni siquiera quedaba el rastro de cicatrices. Pero lo mejor era su energía. La había recobrado, todo de golpe, y se sentía pletórico. Apretó sus puños y elevó su energía al máximo. Era increíble, hasta sentía que se había vuelto más fuerte que antes.
Observó a los que le rodeaban. Todo seguía igual, salvo...
—Aquí está la cámara —dijo la joven que momentos antes había provocado su destrucción. Estaba intacta. Haskoz no se lo podía creer. ¿Era realmente la suya?
Miró hacia el cielo, buscando el sol. Estaba más arriba de lo que recordaba. Sin lugar a duda, había pasado cierto tiempo desde su desmayo hasta que despertó, pero no lo suficiente como para curarse de aquella manera. Si aquellos chicos habían conseguido hacer eso con su cuerpo, seguramente la cámara no les supondría un esfuerzo mayor.
—¿Por qué? —preguntó entonces Haskoz, atónito. No lo entendía. ¿Por qué le ayudaban? ¿Por qué le curaban y le arreglaban la cámara? Él había intentado matarlos y, sin embargo, ellos le hacían un favor. No lograba comprenderlo.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La respuesta de Rider le cayó como un puñetazo. Su corazón se le paró y un montón de imágenes se le pasaron por su cabeza. Imágenes de su padre. Imágenes de cómo había muerto. Yume no se lo podía creer, pero, si aquella barbaridad era cierta... Entonces... Entonces Haskoz era el asesino que llevaba buscando desde hacía más de un año.
El joven rubio se despertó de pronto, tras tomar una misteriosa semilla. Estaba pletórico, se le notaba en la cara. No podía creer que aquel chico, tan guapo y joven, puediese transformarse en una bestia gigante. Entonces vio su cola, y arrugó el entrecejo.
-¿Mataste a mi padre? -le preguntó directamente-. ¡Dime! ¡¿Mataste tú a mi padre, transformado en un simio gigante hace un año?! -las lágrimas afloraron en sus ojos, nublando su vista. Estaba histérica. Por fin había encontrado al asesino de su padre. ¿Sería ahora capaz de cumplir con su venganza? ¿Se atrevería a matarlo? - ¡CONTESTA DE UNA VEZ! -chilló, desgarrando su voz en un alarido de rabia.
Se precipitó sobre Haskoz. buscando darle un puñetazo en la boca del estómago. Nunca había estado tan enfadada. Nunca había sentido tantas ganas de matar a alguien.
El joven rubio se despertó de pronto, tras tomar una misteriosa semilla. Estaba pletórico, se le notaba en la cara. No podía creer que aquel chico, tan guapo y joven, puediese transformarse en una bestia gigante. Entonces vio su cola, y arrugó el entrecejo.
-¿Mataste a mi padre? -le preguntó directamente-. ¡Dime! ¡¿Mataste tú a mi padre, transformado en un simio gigante hace un año?! -las lágrimas afloraron en sus ojos, nublando su vista. Estaba histérica. Por fin había encontrado al asesino de su padre. ¿Sería ahora capaz de cumplir con su venganza? ¿Se atrevería a matarlo? - ¡CONTESTA DE UNA VEZ! -chilló, desgarrando su voz en un alarido de rabia.
Se precipitó sobre Haskoz. buscando darle un puñetazo en la boca del estómago. Nunca había estado tan enfadada. Nunca había sentido tantas ganas de matar a alguien.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Luego de que terminara de contarle porque le decía simio a Hazkos, Rider percibió en el rostro de Yume una extraña expresión de malestar, como si las palabras del terrícola tuvieran un significado especial y terrible en la chica. Se veía bastante afectada, pero desvió la mirada cuando el sayajin despertó y la recién llegada Lighting le entregó la antigua cámara. Pero los gritos de la chica, lo obligaron a poner su completa atención en ella.
La impotencia y la tristeza inundaron el rostro de la chica. Parecía acongojada y furiosa a la vez. Todo resultó por aquel macabro ser que escondía el sayajin en su interior, ese ser gigante sediento de sangre, un despiadado monstruo de ojos rojos endemoniados. Él había presenciado su actuar hacía pocas horas, una masacre de la que tuvo suerte sobrevivir. En cambio, su padre había perecido cuando el Ozaruh se cruzó en su camino, un año atrás.
La entendía y sabía que querría vengar a su padre. Que querría dañar a la persona que acabó con la vida de un ser querido. Pero, Rider no podría permitirlo, no quería que ella terminara en la misma senda que Hazkos, la venganza no llevaba a nada bueno. De pronto, Yume se precipitó hacia el sayajin tratando de asestarle un golpe.
- ¡Espera!- dijo interponiéndose en el camino de la terrícola. Tensó sus músculos preparándose para el golpe - ¡Calma!- gritó. Mientras su abdomen era impactado por el puño de Yume, el golpe había sido fuerte pero Rider se había preparado para que lo dañara lo menos posible - ¿¡Qué quieres hacer?!- dijo aunque sabía su respuesta.
Miraba a todos lados buscando y observando todos los factores que podrían empeorar la situación. Trataba de divisar los movimientos de Hazkos, para prepararse ante cualquier ataque a traición, después de todo no podía confiar en él. Pasó su vista por Light, calculando su posición y tratando de adivinar sus intenciones. Era mucho lo que tenía que tener en cuenta, pero había algo que le preocupaba realmente. La espada, trataba de buscarla, encontrarla con su mirada, saber de su posición. Aún así, no podía encontrarla.
-¿Quieres matarlo?- dijo retándola con su mirada – ¿Te rebajarás a su nivel?
La impotencia y la tristeza inundaron el rostro de la chica. Parecía acongojada y furiosa a la vez. Todo resultó por aquel macabro ser que escondía el sayajin en su interior, ese ser gigante sediento de sangre, un despiadado monstruo de ojos rojos endemoniados. Él había presenciado su actuar hacía pocas horas, una masacre de la que tuvo suerte sobrevivir. En cambio, su padre había perecido cuando el Ozaruh se cruzó en su camino, un año atrás.
La entendía y sabía que querría vengar a su padre. Que querría dañar a la persona que acabó con la vida de un ser querido. Pero, Rider no podría permitirlo, no quería que ella terminara en la misma senda que Hazkos, la venganza no llevaba a nada bueno. De pronto, Yume se precipitó hacia el sayajin tratando de asestarle un golpe.
- ¡Espera!- dijo interponiéndose en el camino de la terrícola. Tensó sus músculos preparándose para el golpe - ¡Calma!- gritó. Mientras su abdomen era impactado por el puño de Yume, el golpe había sido fuerte pero Rider se había preparado para que lo dañara lo menos posible - ¿¡Qué quieres hacer?!- dijo aunque sabía su respuesta.
Miraba a todos lados buscando y observando todos los factores que podrían empeorar la situación. Trataba de divisar los movimientos de Hazkos, para prepararse ante cualquier ataque a traición, después de todo no podía confiar en él. Pasó su vista por Light, calculando su posición y tratando de adivinar sus intenciones. Era mucho lo que tenía que tener en cuenta, pero había algo que le preocupaba realmente. La espada, trataba de buscarla, encontrarla con su mirada, saber de su posición. Aún así, no podía encontrarla.
-¿Quieres matarlo?- dijo retándola con su mirada – ¿Te rebajarás a su nivel?
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Todo fue tan precipitado que mire sin importar lo que estaba pasando, era un sayan como yo y si puede haber muchos y no lo hago para defenderlo, pero ella toma las cosas demaciada apresuradas como para decir si él o no fue quien mato a no se quien. Las cosas se salieron de control. Rider por otra parte recibio tal impacto no sé que trataba de hacer ese humano pero en cierta forma me impresiono aunque mi rostro no lo pareciera.
Me acerque a la chica la tomé por debajo de los brazos y emprendi el vuelo. Tan calmada era yo que trataría de alguna manera de ver que la chica se calmara. Ya en lo alto, demaciado alto para los que no saben volar, de hecho podría soltarla si quisiera pero ella recibira tal impacto que no creo que pueda sobrevivir ante aquello. Rider y Haskoz se veía como dos puntitos desde donde estabamos.
-Voy hacer bien clara contigo niña, no sé que intenciones tienes y no me tomes a mal no lo hago porque quiera defender al rubio, no me interesa lo que te allá pasado en el pasado solo te informo que hay más monos que el rubio, no te precipites, posiblemente el no lo fue o puede que si. Solo te voy a decir que al convertirnos en un simio gigante perdemos el conocimiento, solos seres no pensantes y simple como eso destruimos todo lo que esta en su paso. No tenemos la culpa. No sabría responderte porque sucede todo eso, solo se que nos transformamos al ver la luna llena. Posiblemente él este arrepentido pero como te digo él no recuerda nada de lo que hizo. Si te precipitas nuevamente contra el rubio no los detendré pero él te dara una paliza que jamás podrás olvidar.-
Mis palabras eran claras frias e indiferentes, le explique todo lo que sabía, ahora ella tenía que pensar lo que debía hacer. Baje con suavidad dejandola en el suelo y alejandome de ella.
Me acerque a la chica la tomé por debajo de los brazos y emprendi el vuelo. Tan calmada era yo que trataría de alguna manera de ver que la chica se calmara. Ya en lo alto, demaciado alto para los que no saben volar, de hecho podría soltarla si quisiera pero ella recibira tal impacto que no creo que pueda sobrevivir ante aquello. Rider y Haskoz se veía como dos puntitos desde donde estabamos.
-Voy hacer bien clara contigo niña, no sé que intenciones tienes y no me tomes a mal no lo hago porque quiera defender al rubio, no me interesa lo que te allá pasado en el pasado solo te informo que hay más monos que el rubio, no te precipites, posiblemente el no lo fue o puede que si. Solo te voy a decir que al convertirnos en un simio gigante perdemos el conocimiento, solos seres no pensantes y simple como eso destruimos todo lo que esta en su paso. No tenemos la culpa. No sabría responderte porque sucede todo eso, solo se que nos transformamos al ver la luna llena. Posiblemente él este arrepentido pero como te digo él no recuerda nada de lo que hizo. Si te precipitas nuevamente contra el rubio no los detendré pero él te dara una paliza que jamás podrás olvidar.-
Mis palabras eran claras frias e indiferentes, le explique todo lo que sabía, ahora ella tenía que pensar lo que debía hacer. Baje con suavidad dejandola en el suelo y alejandome de ella.
Lightning Farron- Mensajes : 243
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
—¿Mataste a mi padre?
La acusación le pilló por sorpresa, y se quedó como si le hubiesen dado un puñetazo. ¿A qué venía esa pregunta? No lo entendía, hasta que Yume siguió:
— ¡Dime! ¡¿Mataste tú a mi padre, transformado en un simio gigante hace un año?!
Y entonces lo comprendió. No sabía qué había transcurrido desde su inconsciencia hasta aquel momento, pero estaba seguro de que Yume había descubierto su secreto.
"Hace un año..." pensó Haskoz. Las fechas coincidían con la primera vez que recordaba haberse transformado, aquel fatídico día en el que lo perdió todo. Era posible. De hecho había muchas probabilidades. Pero el Saiyan sabía que no era el único con aquellos poderes. No hacía mucho tiempo, había conocido a otro humano con cola, llamado Trunks. ¿Sería él el culpable de aquel asesinato? No lo sabía. ¿Cómo iba a saberlo? No se acordaba de nada. Si no fuese por la cámara de video, ni siquiera sabría de la existencia de su poder oculto.
Las lágrimas empezaron a aflorar en el rostro de Yume, demacrado por el dolor. Y entonces, tras mucho tiempo sin sentir nada: ni dolor, ni amor, ni cariño... Entonces, sintió dolor en el pecho, como si una aguja fina y puntiaguda le atravesase el corazón. ¿Sería el culpable de su sufrimiento?
—¡CONTESTA DE UNA VEZ! —chilló Yume, histérica.
Haskoz abrió la boca para responder algo, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Movió los labios una vez más, como si fuese a decir algo, pero de nuevo no le salían las palabras. Estaba en estado de shock.
—No lo sé... —dijo finalmente Haskoz, en forma de susurro y casi inaudible, con la mirada perdida.
Los sucesos siguieron pasando en forma de diapositivas delante de los ojos del Saiyan, como si lo estuviese viendo todo desde una sala de cine. El puñetazo de Yume a Rider; la técnica de vuelo de Lightning...
Haskoz volvió en sí. Lightning acababa de aterrizar en el suelo, con Yume cogida por los brazos. Su mirada se enfocó en Yume.
—No sé si fui yo o no... pero... quizás las grabación que hay en mi cámara de video te resuelva alguna duda.
Si Yume decidía ver el video, sería esto lo que pasaría:
La acusación le pilló por sorpresa, y se quedó como si le hubiesen dado un puñetazo. ¿A qué venía esa pregunta? No lo entendía, hasta que Yume siguió:
— ¡Dime! ¡¿Mataste tú a mi padre, transformado en un simio gigante hace un año?!
Y entonces lo comprendió. No sabía qué había transcurrido desde su inconsciencia hasta aquel momento, pero estaba seguro de que Yume había descubierto su secreto.
"Hace un año..." pensó Haskoz. Las fechas coincidían con la primera vez que recordaba haberse transformado, aquel fatídico día en el que lo perdió todo. Era posible. De hecho había muchas probabilidades. Pero el Saiyan sabía que no era el único con aquellos poderes. No hacía mucho tiempo, había conocido a otro humano con cola, llamado Trunks. ¿Sería él el culpable de aquel asesinato? No lo sabía. ¿Cómo iba a saberlo? No se acordaba de nada. Si no fuese por la cámara de video, ni siquiera sabría de la existencia de su poder oculto.
Las lágrimas empezaron a aflorar en el rostro de Yume, demacrado por el dolor. Y entonces, tras mucho tiempo sin sentir nada: ni dolor, ni amor, ni cariño... Entonces, sintió dolor en el pecho, como si una aguja fina y puntiaguda le atravesase el corazón. ¿Sería el culpable de su sufrimiento?
—¡CONTESTA DE UNA VEZ! —chilló Yume, histérica.
Haskoz abrió la boca para responder algo, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Movió los labios una vez más, como si fuese a decir algo, pero de nuevo no le salían las palabras. Estaba en estado de shock.
—No lo sé... —dijo finalmente Haskoz, en forma de susurro y casi inaudible, con la mirada perdida.
Los sucesos siguieron pasando en forma de diapositivas delante de los ojos del Saiyan, como si lo estuviese viendo todo desde una sala de cine. El puñetazo de Yume a Rider; la técnica de vuelo de Lightning...
Haskoz volvió en sí. Lightning acababa de aterrizar en el suelo, con Yume cogida por los brazos. Su mirada se enfocó en Yume.
—No sé si fui yo o no... pero... quizás las grabación que hay en mi cámara de video te resuelva alguna duda.
Si Yume decidía ver el video, sería esto lo que pasaría:
- Spoiler:
- OFF: el nombre de la hermana de Haskoz es Yume también xD
La cámara de video se puso en marcha. Era un modelo bastante caro y moderno de la CC, y la calidad de imagen era insuperablemente nítida y con gran resolución. Pero no sólo eso, sino que la cámara proyectaba la imagen en un holograma de casi dos metros de altura, permitiendo así ver lo que sucedía a todos los que se encontraban allí presentes.
Breves escenas de Haskoz con su hermana se fueron mostrando, en donde, esporadicamente, aparecían sus padres también. En el video, se veía a un Haskoz más joven, jovial y sonriente. Su aspecto y la expresión de su rostro no tenían nada que ver con la actual.
La imagen de Yume predominó la mayoría del tiempo. Era un bebé pequeño, que poco a poco se veía como iba creciendo en las distintas escenas del video. Se veía como Haskoz jugaba con ella, como la hacía reír y como la hacía volar por los aires sujetando su diminuto cuerpo. Realmente se veía a un hermano cariñoso, el cual adoraba a su hermana, tanto como ella a él.
En una escena de video, su hermana Yume estaba llorando en los brazos de su padre, mientras su madre filmaba. Entonces mencionaron el nombre de Haskoz, a la vez que señalaban la ventana de la cocina. El rostro de la pequeña se iluminó de golpe, y nada más entrar su hermano por la puerta se intentó zafar del padre para acudir a las manos de Haskoz.
Las escenas entre los hermanos siguieron sucediéndose, hasta que finalmente llegaron al punto importante. Era de noche, se escuchaban truenos de fondo y Yume lloraba en los brazos de Haskoz, mientras éste intentaba calmarla.
—Eh, eh... No pasa nada. Sólo es ruido y luz. No te hará nada, ¿lo ves?
Entonces Haskoz apoyó la cámara en la mesa mientras llevaba a su hermana, hasta la ventana. Corrió las cortinas y le enseñó los rayos, lejanos e inofensivos. Poco a poco se pudo apreciar como el cuerpo de Haskoz se paralizaba. La hermana dejó de llorar, y le daba palmaditas en el cuello de su hermano, intentando llamar su atención. Pero ya era demasiado tarde.
El cuerpo del Saiyan se fue transformando poco a poco, hasta que de pronto todo fue un caos. La cámara voló por los aires, el estruendo de la casa al destruirse sonó con potencia, escuchándose leves chillidos de fondo. Y después, el rugido de la bestia...
El video siguió andando, aunque todos pudieron notar como avanzaba a toda velocidad. Haskoz lo había programado así, pues el video sólo mostraba el cielo y como el tiempo iba sucediendo.
Volvió a avanzar con normalidad a los pocos segundos, aunque en el video habían pasado dos días. Los pasos de alguien se oyeron como telón de fondo, así como la voz del Saiyan.
—No puede ser...
Se escuchó el sonido de las rocas al moverse, como si alguien estuviese removiendo entre escombros.
—Yume...
Esta vez, una roca golpeó la cámara, haciéndola voltear. Ahora ya no mostraba el cielo, sino a Haskoz, de espaldas y removiendo entre los escombros de su casa, destruida.
—Por favor, no... Por favor, que no estés aquí... —se le oía suplicar.
De pronto se detuvo. Había encontrado lo que estaba buscando. Mantuvo la espalda recta, inmóvil, hasta que por fin descargó su rabia en un terrible alarido.
—¡NOOOO! —gritó. Se vio como se derrumbaba y rodeaba con los brazos a un pequeño cuerpo de carne y huesos destrozados. Se pudo apreciar también como su cuerpo empezó a sufrir espasmos y temblores, mientras sollozaba sin parar— ¿Por qué? ¿¡POR QUÉ!? ¡MALDITA SEA! ¡MALDITOS SEAN TODOS! ¿¡POR QUÉ JODER POR QUÉ!?
Entonces se levantó de un salto, soltando el cuerpo de su hermana, y empezó a golpear contra cualquier objeto o cosa que tuviese delante. Finalmente terminó golpeándose la cabeza contra el suelo y abriéndose una brecha en la frente, que le bañó el rostro de sangre.
Minutos más tarde, cayó sobre el suelo y se hizo un ovillo, y siguió llorando la muerte de su familia...
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Yume, después de todo lo ocurrido, ya no sabía que pensar. Le pasó la tarjeta de memoria a Rider para que conectase la cámara y viese lo que Haskoz quería enseñarles. Ya no sabía qué pensar.
OFF: Sorry, ando sin tiempo :p
OFF: Sorry, ando sin tiempo :p
Yume- Mensajes : 16
Fama en el Foro : 0
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
No voy aceptar un post de dos lineas, arreglalo o se elimina. Mientrás Yume no arregle el post no se continuara el tema.
Lightning Farron- Mensajes : 243
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Fecha de inscripción : 22/06/2012
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