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Matanza en la Ciudad [Libre]
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Matanza en la Ciudad [Libre]
Intentar robar a un grupo de moteros una moto no era la mejor idea que había tenido Haskoz en su vida, de eso estaba seguro. Después se había enterado de que en realidad eran bandidos. Iban por las aldeas robando lo que podían para luego festejarlo por todo lo alto en las grandes ciudades.
Era un grupo formado por quince hombres, según había contado el joven Saiyajin. Lo habían atrapado entre todos, cuando uno de los hombres lo había descubierto mientras intentaba encender la moto. Finalmente, lo amordazaron y ataron de pies y manos mientras decidían qué hacer con él. Tras una larga discusión, habían decidido llevarlo hasta la Ciudad del Oeste, sitio a donde se dirigían desde un principio, con la idea de poder sacar una buena recompensa por él. Según decían, quizás los circos o algún científico se interesase por él y su extraña cola.
Llevaban varios días viajando cuando al fin, el que parecía ser el jefe, se dignó a quitarle la mordaza y darle algo de comida y bebida. Era una oscura y fría noche, y todos comían junto al calor de gran hoguera que habían hecho horas atrás.
—Todavía no nos has dicho tu nombre, mono —dijo Thar, el jefe, cuyo nombre Haskoz ya se había olvidado, pese haberlo oído varias veces en aquel día.
—Haskoz —dijo simplemente, mientras devoraba el pequeño trozo de carne que le había dado.
—¡Qué nombre más extraño! ¿A dónde querías ir con nuestra moto, Haskoz? —dijo otro.
—Aún no lo había decidido.
La risa salió de la garganta de todos, mientras escuchaban con atención a su pequeño prisionero.
—¿Te sabes alguna historia, pequeño mono? Por las noches, solemos comer escuchando las historias de Zhar —dijo Thar, señalando a un hombretón que estaba peligrosamente cerca del fuego y envuelto en mantas—. Pero lleva días resfriado y sin poder contarnos ninguna.
—¿Os apetece oír una historia? —los ojos de Haskoz brillaron durante un instante, captando la atención de todos los bandidos— Sólo me sé una, pero estoy seguro de que jamás habéis oído algo parecido. Es única.
Haskoz terminó con su comida, mientras el silencio reinaba en la zona, tan sólo interrumpido por leves murmullos y el crepitar del fuego.
—Hubo hace tiempo un niño que vivía en una aldea lejana y remota. Lo habían encontrado en una nave espacial cuando apenas era un recién nacido, llorando, y un amable matrimonio lo adoptó. El niño no tendría nada más de especial sino fuese por su cola. Una larga y fina cola marrón, como la mía —hizo una pequeña pausa, mientras bebía un trago de agua— El niño con cola creció como los demás, jugando con el resto de niños de la aldea y sin ningún tipo de conflicto o problema. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a notar que los hombres y mujeres del pueblo le miraban de una forma extraña. ¿Miedo, odio, interés, preocupación? El joven chico no era capaz de saberlo.
Volvió a dar un trago al vaso de agua, mientras contemplaba el rostro de cada uno de sus oyentes. Parecía que la historia les interesaba, al menos por el momento.
—Y además, estaba la extraña prohibición que sus padres le tenían impuesto. Tenía terminantemente prohibido salir de casa de noche, y mucho menos contemplar el cielo desde la ventana. Las únicas excepciones se producían en noches sin luna, en las que el joven muchacho aprovechaba para deleitarse con la oscuridad de la noche.
—Era por la luna —le interrumpió un hombre, de cara redonda y barriga prominente— No podía salir por la noche para no ver la luna.
—Exacto —asintió Haskoz, y vio la sonrisa triunfal del hombre al saber que había acertado—. Sin embargo, un día rompió la regla.
Una potente ráfaga de viento los golpeó a todos en aquel momento, mientras el aullido de un lobo les llegaba a los oídos.
—¿Y qué pasó? —volvió a preguntar el hombre gordo, sin duda el más interesado en la historia que Haskoz estaba contando.
—No lo recuerda. Sólo sabe que, accidentalmente, contempló la luna llena en todo su esplendor y, después, oscuridad... —bebió otro trago de agua, vaciando el vaso, y continuó con la historia— Despertó varios días después, tirado en el suelo. Estaba en un pequeño monte, cerca de su aldea. Sin saber qué había ocurrido, volvió al pueblo, intrigado. Una vez allí, contempló horrorizado la imagen que estaba ante él. Todo estaba destruido. Las casas, fueran de madera o piedra, estaban destrozadas y en ruinas, como si un monstruo gigantes las hubiese aplastado. Pero eso no era lo peor. Sus vecinos, amigos y familiares yacían muertos por todo el pueblo, con las caras desfiguradas, algunos incluso sin rostro, y con espantosas heridas por todo el cuerpo...
—Quizá se transformó en un lobo —El sonido de su voz hizo que Haskoz volviese en sí. Se había despistado durante unos instantes, perdido en sus recuerdos...
—¿Cómo iba a hacer eso un lobo? Un lobo no tiene la fuerza necesaria para derrumbar casas, Crage. Deja que continúe la historia. —ordenó Thar.
—Veréis, el chico recordó, horas más tarde, que cuando había contemplado la luna estaba grabando con una cámara de vídeo, una cámara como esta.
Haskoz empezó a rebuscar en los bolsillos de su pantalón, con dificultad al tener las manos esposadas, hasta que encontró la Capsule. La tiró al suelo y liberó su contenido, una pequeña cámara de vídeo.
Todos se quedaron mirándola, para después fijar su vista en Haskoz. Éste rio por lo bajo.
—Ahora que lo pienso, las miradas que los vecinos lanzaban al joven eran muy parecidas a las que vosotros tenéis ahora.
—¿Dices que el chico tenía una cola como la tuya...? —dijo el hombre gordo, mientras sorbía los mocos de la nariz— Dinos, ¿qué vio en el vídeo?
—¿De verdad queréis saberlo? —un silencio incómodo reinó en el ambiente, prolongado por Haskoz conscientemente. Suspiró y levantó la mirada, mirando al cielo— Que bonita es la luna llena de esta noche, ¿verdad?
En aquel instante, las cabezas de los quince hombres se movieron a la vez, contemplando horrorizados como la luna llena brillaba en el firmamento, en un cielo sin nubes. Cuando volvieron la vista a Haskoz, desearon no haber sabido nunca el final de aquella historia.
Poco a poco, los ojos del joven Saiyan se tornaron rojos como la sangre. El vello empezó a crecerle, así como su cuerpo entero. Su rostro se transformó, obteniendo una gran mandíbula y el rostro fiero de un gorila como resultado. Poco después, lo que había sido un indefenso chico era ahora un gigante y peligroso gorila oscuro.
Perdió el control de la mente y de su cuerpo, y dejó que el monstruo hiciese lo que tenía que hacer...
Era un grupo formado por quince hombres, según había contado el joven Saiyajin. Lo habían atrapado entre todos, cuando uno de los hombres lo había descubierto mientras intentaba encender la moto. Finalmente, lo amordazaron y ataron de pies y manos mientras decidían qué hacer con él. Tras una larga discusión, habían decidido llevarlo hasta la Ciudad del Oeste, sitio a donde se dirigían desde un principio, con la idea de poder sacar una buena recompensa por él. Según decían, quizás los circos o algún científico se interesase por él y su extraña cola.
Llevaban varios días viajando cuando al fin, el que parecía ser el jefe, se dignó a quitarle la mordaza y darle algo de comida y bebida. Era una oscura y fría noche, y todos comían junto al calor de gran hoguera que habían hecho horas atrás.
—Todavía no nos has dicho tu nombre, mono —dijo Thar, el jefe, cuyo nombre Haskoz ya se había olvidado, pese haberlo oído varias veces en aquel día.
—Haskoz —dijo simplemente, mientras devoraba el pequeño trozo de carne que le había dado.
—¡Qué nombre más extraño! ¿A dónde querías ir con nuestra moto, Haskoz? —dijo otro.
—Aún no lo había decidido.
La risa salió de la garganta de todos, mientras escuchaban con atención a su pequeño prisionero.
—¿Te sabes alguna historia, pequeño mono? Por las noches, solemos comer escuchando las historias de Zhar —dijo Thar, señalando a un hombretón que estaba peligrosamente cerca del fuego y envuelto en mantas—. Pero lleva días resfriado y sin poder contarnos ninguna.
—¿Os apetece oír una historia? —los ojos de Haskoz brillaron durante un instante, captando la atención de todos los bandidos— Sólo me sé una, pero estoy seguro de que jamás habéis oído algo parecido. Es única.
Haskoz terminó con su comida, mientras el silencio reinaba en la zona, tan sólo interrumpido por leves murmullos y el crepitar del fuego.
—Hubo hace tiempo un niño que vivía en una aldea lejana y remota. Lo habían encontrado en una nave espacial cuando apenas era un recién nacido, llorando, y un amable matrimonio lo adoptó. El niño no tendría nada más de especial sino fuese por su cola. Una larga y fina cola marrón, como la mía —hizo una pequeña pausa, mientras bebía un trago de agua— El niño con cola creció como los demás, jugando con el resto de niños de la aldea y sin ningún tipo de conflicto o problema. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a notar que los hombres y mujeres del pueblo le miraban de una forma extraña. ¿Miedo, odio, interés, preocupación? El joven chico no era capaz de saberlo.
Volvió a dar un trago al vaso de agua, mientras contemplaba el rostro de cada uno de sus oyentes. Parecía que la historia les interesaba, al menos por el momento.
—Y además, estaba la extraña prohibición que sus padres le tenían impuesto. Tenía terminantemente prohibido salir de casa de noche, y mucho menos contemplar el cielo desde la ventana. Las únicas excepciones se producían en noches sin luna, en las que el joven muchacho aprovechaba para deleitarse con la oscuridad de la noche.
—Era por la luna —le interrumpió un hombre, de cara redonda y barriga prominente— No podía salir por la noche para no ver la luna.
—Exacto —asintió Haskoz, y vio la sonrisa triunfal del hombre al saber que había acertado—. Sin embargo, un día rompió la regla.
Una potente ráfaga de viento los golpeó a todos en aquel momento, mientras el aullido de un lobo les llegaba a los oídos.
—¿Y qué pasó? —volvió a preguntar el hombre gordo, sin duda el más interesado en la historia que Haskoz estaba contando.
—No lo recuerda. Sólo sabe que, accidentalmente, contempló la luna llena en todo su esplendor y, después, oscuridad... —bebió otro trago de agua, vaciando el vaso, y continuó con la historia— Despertó varios días después, tirado en el suelo. Estaba en un pequeño monte, cerca de su aldea. Sin saber qué había ocurrido, volvió al pueblo, intrigado. Una vez allí, contempló horrorizado la imagen que estaba ante él. Todo estaba destruido. Las casas, fueran de madera o piedra, estaban destrozadas y en ruinas, como si un monstruo gigantes las hubiese aplastado. Pero eso no era lo peor. Sus vecinos, amigos y familiares yacían muertos por todo el pueblo, con las caras desfiguradas, algunos incluso sin rostro, y con espantosas heridas por todo el cuerpo...
- flashback:
- El sabor a tierra y sangre fue lo primero que sintió, seguido por una repentina hambre. Estaba tirado en el suelo, desnudo, y manchado de barro. La cabeza le daba vueltas y una enorme debilidad se había apoderado de su cuerpo. ¿Qué había pasado?
—Qué demonios...
Haskoz se levantó, mientras intentaba ubicarse. Reconocía aquella montaña. Sin duda, no estaba lejos de su aldea. Sin entender muy bien porqué estaba allí, decidió que lo mejor que podía hacer era volver a su hogar.
Sus cortas y rápidas zancadas pronto le llevaron a su destino: una pequeña aldea, formada por apenas 13 casas y situada en el claro de un bosque. Decidió rodearla e ir directamente a su casa. No quería que nadie le viese sus partes íntimas, ni el estado en el que se encontraba.
El rodeo le llevó apenas 15 minutos, hasta que al fin llegó al camino que conducía directamente a su casa. Poco a poco fue vislumbrando la pequeña cabaña de madera o, más bien, el lugar donde se suponía que estaba. Confuso, aceleró la marcha.
—No puede ser...
La cabaña estaba destruida, destrozada. Era como si una enorme bestia la hubiese aplastado, o quizá había sido la tormenta... El corazón de Haskoz se paró de golpe. ¿Y sus padres? ¿Y su hermana?
Corrió hasta el lugar y encontró la respuesta a la primera pregunta. Sus padres yacían en el suelo, uno sobre el otro. Tenían los cuerpos aplastados. Se les veía los huesos de las piernas y la sangre seca recubriéndolas.
Horrorizado, apartó la vista.
—Yume...
Nervioso, empezó a apartar la madera y el escombro, buscando a su hermana.
—Por favor, no... Por favor, que no estés aquí... —susurraba Haskoz, suplicando a cualquier divinidad que le pudiese oír.
Pero ningún Dios le escuchó, o al menos, ninguno se compadeció de él. Su hermana estaba sepultada bajo unas grandes vigas de madera. Tenía el cuerpo aplastado, al igual que sus padres, y el rostro desfigurado completamente por los golpes. Era una imagen aterradora.
—¡NOOOOO! —gritó Haskoz, mientras las lágrimas empezaban a aflorar — !NOOOOO!
El llanto acudió entonces, mientras abrazaba el diminuto cuerpo de su hermana. Empezó a sollozar, sin poder contenerse. Lo peor de todo es que aquello no le aliviaba. Un enorme sentimiento de tristeza profunda y vacío le invadieron, y sintió verdadero dolor en el pecho. Hasta entonces, pensaba el corazón no dolía, que cuando alguien lo decía era de una forma metafórica... Acababa de comprobar qué realmente podía llegar a doler, y de qué manera...
— ¿Por qué? ¿¡POR QUÉ!? ¡MALDITA SEA! ¡MALDITOS SEAN TODOS! ¿¡POR QUÉ JODER POR QUÉ!?
Haskoz se levantó de golpe y empezó a golpear a cualquier cosa u objeto. Al final, terminó de rodillas pegando puñetazos al suelo, hasta que sus nudillos sangraron y las pocas energías que le quedaban se le agotaron. Después, se hizo un ovillo y lloró hasta que el sueño lo durmió.
—Quizá se transformó en un lobo —El sonido de su voz hizo que Haskoz volviese en sí. Se había despistado durante unos instantes, perdido en sus recuerdos...
—¿Cómo iba a hacer eso un lobo? Un lobo no tiene la fuerza necesaria para derrumbar casas, Crage. Deja que continúe la historia. —ordenó Thar.
—Veréis, el chico recordó, horas más tarde, que cuando había contemplado la luna estaba grabando con una cámara de vídeo, una cámara como esta.
Haskoz empezó a rebuscar en los bolsillos de su pantalón, con dificultad al tener las manos esposadas, hasta que encontró la Capsule. La tiró al suelo y liberó su contenido, una pequeña cámara de vídeo.
Todos se quedaron mirándola, para después fijar su vista en Haskoz. Éste rio por lo bajo.
—Ahora que lo pienso, las miradas que los vecinos lanzaban al joven eran muy parecidas a las que vosotros tenéis ahora.
—¿Dices que el chico tenía una cola como la tuya...? —dijo el hombre gordo, mientras sorbía los mocos de la nariz— Dinos, ¿qué vio en el vídeo?
—¿De verdad queréis saberlo? —un silencio incómodo reinó en el ambiente, prolongado por Haskoz conscientemente. Suspiró y levantó la mirada, mirando al cielo— Que bonita es la luna llena de esta noche, ¿verdad?
En aquel instante, las cabezas de los quince hombres se movieron a la vez, contemplando horrorizados como la luna llena brillaba en el firmamento, en un cielo sin nubes. Cuando volvieron la vista a Haskoz, desearon no haber sabido nunca el final de aquella historia.
Poco a poco, los ojos del joven Saiyan se tornaron rojos como la sangre. El vello empezó a crecerle, así como su cuerpo entero. Su rostro se transformó, obteniendo una gran mandíbula y el rostro fiero de un gorila como resultado. Poco después, lo que había sido un indefenso chico era ahora un gigante y peligroso gorila oscuro.
Perdió el control de la mente y de su cuerpo, y dejó que el monstruo hiciese lo que tenía que hacer...
*** *** ***
La cabeza le daba vueltas y las tripas le rugían. Se hallaba ante la entrada de la Ciudad, completamente desnudo y sin recordar cómo había llegado hasta allí. Tuvieron que pasar unos minutos hasta que recordó, todavía confuso, que se había convertido en Ozharu para escapar de los bandidos. Sin duda había escapado, de eso estaba seguro, aunque todavía no sabía a que precio. ¿Los habría matado a todos o, por el contrario, había escapado alguno? Y, lo realmente importante era, ¿le importaba que aquellos hombres siguiesen con vida o le producía indiferencia?
Prefería no saber la respuesta...
- OFF:
- Es un poco largo, pues uso el post para explicar cosas que no me acordé de detallar en la historia de mi PJ xD Basta con leer lo último para saber en qué situación se encuentra mi pj (desnudo xd y frente a la entrada de la ciudad) para poder rolear conmigo. ¡Por favor, que se una alguien! xd
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La noche había pasado y las imágenes de aquella masacre aún no desaparecían de su cabeza. No podía creer la bestialidad que había presenciado, como una persona se había convertido en un monstruo y aniquilado a un grupo de motoristas. Había estado allí un buen rato, lo suficiente para saber lo que sucedía. Una banda de criminales había atrapado a un joven que les había robado, pero quien comenzó como una victima terminó siendo el villano de la situación. No supo que había sucedido, ni entendía como un joven de su tamaño pudo haberse convertido en un simio titánico y acabado con sus captores.
Lo había presenciado todo. Vio como lentamente, mientras el tiempo parecía detenerse, el joven comenzaba a crecer y un oscuro bello de simio poblaba su piel, su mandíbula crecía y sus dientes eran cada vez más grandes y filosos. Los hombres que lo rodeaban comenzaron a alejarse lentamente, anonadados por el acontecimiento que sus ojos presenciaban. Una bestia gigante estaba frente a ellos. No pudieron hacer nada, esos hombres que inútilmente trataron de correr fueron alcanzados por las enormes manos del monstruo y asesinados cuando su extremidad impactaba sus cuerpos o eran aplastados por las rocas que la furiosa bestia les lanzaba. Fue increíble y aterradora la manera tan rápida que fueron aniquilados los bandidos, que Rider jamás podrá olvidar.
Rider vagó toda la noche confundido y aturdido, sin saber que hacer. Por un lado sentía que debía buscar al monstruo y encontrar respuestas. Si el simio alcanzaba a la ciudad podría acabar con muchas personas, debía detenerlo. Por eso estaba allí, en frente del desnudo monstruo, en esos instantes se veía como una persona común y corriente pero sabía lo que escondía en su interior. Caminó hacia el sayajin, lentamente sosteniendo en su espalda una mochila de viaje. Se detuvo a unos metros de la bestia y comenzó a buscar en su mochila. Tomó con su mano izquierda un pantalón de combate suyo, si lo atacaría no tomaría demasiadas ventajas, no había honor en ello.
- Vistete- le ordenó con una voz secante y molesta - ¿¡Qué rayos eres?! ¿¡Por qué lo hiciste?!- agregó con el mismo tono de voz. Cerró su puño y tensó sus músculos preparado para defenderse de un ataque. No importaba si se convertía en el simio gigante por segunda vez, el no permitiría que se acerque a la ciudad.
Lo había presenciado todo. Vio como lentamente, mientras el tiempo parecía detenerse, el joven comenzaba a crecer y un oscuro bello de simio poblaba su piel, su mandíbula crecía y sus dientes eran cada vez más grandes y filosos. Los hombres que lo rodeaban comenzaron a alejarse lentamente, anonadados por el acontecimiento que sus ojos presenciaban. Una bestia gigante estaba frente a ellos. No pudieron hacer nada, esos hombres que inútilmente trataron de correr fueron alcanzados por las enormes manos del monstruo y asesinados cuando su extremidad impactaba sus cuerpos o eran aplastados por las rocas que la furiosa bestia les lanzaba. Fue increíble y aterradora la manera tan rápida que fueron aniquilados los bandidos, que Rider jamás podrá olvidar.
Rider vagó toda la noche confundido y aturdido, sin saber que hacer. Por un lado sentía que debía buscar al monstruo y encontrar respuestas. Si el simio alcanzaba a la ciudad podría acabar con muchas personas, debía detenerlo. Por eso estaba allí, en frente del desnudo monstruo, en esos instantes se veía como una persona común y corriente pero sabía lo que escondía en su interior. Caminó hacia el sayajin, lentamente sosteniendo en su espalda una mochila de viaje. Se detuvo a unos metros de la bestia y comenzó a buscar en su mochila. Tomó con su mano izquierda un pantalón de combate suyo, si lo atacaría no tomaría demasiadas ventajas, no había honor en ello.
- Vistete- le ordenó con una voz secante y molesta - ¿¡Qué rayos eres?! ¿¡Por qué lo hiciste?!- agregó con el mismo tono de voz. Cerró su puño y tensó sus músculos preparado para defenderse de un ataque. No importaba si se convertía en el simio gigante por segunda vez, el no permitiría que se acerque a la ciudad.
Rider- Mensajes : 48
Fama en el Foro : 1
Fecha de inscripción : 26/07/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
— Vístete —Oyó decir Haskoz. Alzó la mirada en el momento en el que un joven humano le lanzaba un pantalón al suelo. Normalmente, el Saiyajin no reaccionaba demasiado bien ante las órdenes, pero ésta vez no iba a poner objeciones. Se colocó el pantalón y usó su cola a modo de cinturón, rodeándolo y apretándolo contra su cintura— ¿¡Qué rayos eres?! ¿¡Por qué lo hiciste?! —dijo de nuevo aquel humano, esta vez en un tono que a Haskoz no le gustó.
Notó en sus venas hinchándose y en su cuerpo rígido que aquel chico estaba dispuesto a entrar en combate en cualquier momento, y Haskoz rebufó. Se acercó hasta él, con la barbilla alzada, y empezó a caminar lentamente alrededor suya, mientras lo examinaba. Finalmente, se colocó delante, a menos de un metro, y le clavó la mirada en los ojos. Rider podría apreciar en su torso desnudo y musculado como su pecho se hinchaba y vaciaba a un ritmo constante, demostrando la seguridad en sí mismo.
—Así que estabas allí —dedujo Haskoz de las palabras de Rider, mientras esbozaba una media sonrisa—. Verás, respecto a tu pregunta... No me gusta que me priven de mi libertad. Además estaba incómodo con las esposas que me habían puesto. Espero que tú no intentes detenerme también... porque saldrías muy mal parado, créeme.
Haskoz le dio la espalda y empezó a caminar hacia la entrada de la Ciudad, cuando recordó una cosa y dio media vuelta.
— ¿Por casualidad no habrás cogido la cámara que tiré antes de... ya sabes, transformarme? —le preguntó Haskoz, intentando disimular el interés que tenía por el aparato electrónico— Era la única pertenencia que tenía, y no me gustaría quedarme sólo con el pantalón que tan amablemente me has regalado —finalizó, con cierto sarcasmo.
Notó en sus venas hinchándose y en su cuerpo rígido que aquel chico estaba dispuesto a entrar en combate en cualquier momento, y Haskoz rebufó. Se acercó hasta él, con la barbilla alzada, y empezó a caminar lentamente alrededor suya, mientras lo examinaba. Finalmente, se colocó delante, a menos de un metro, y le clavó la mirada en los ojos. Rider podría apreciar en su torso desnudo y musculado como su pecho se hinchaba y vaciaba a un ritmo constante, demostrando la seguridad en sí mismo.
—Así que estabas allí —dedujo Haskoz de las palabras de Rider, mientras esbozaba una media sonrisa—. Verás, respecto a tu pregunta... No me gusta que me priven de mi libertad. Además estaba incómodo con las esposas que me habían puesto. Espero que tú no intentes detenerme también... porque saldrías muy mal parado, créeme.
Haskoz le dio la espalda y empezó a caminar hacia la entrada de la Ciudad, cuando recordó una cosa y dio media vuelta.
— ¿Por casualidad no habrás cogido la cámara que tiré antes de... ya sabes, transformarme? —le preguntó Haskoz, intentando disimular el interés que tenía por el aparato electrónico— Era la única pertenencia que tenía, y no me gustaría quedarme sólo con el pantalón que tan amablemente me has regalado —finalizó, con cierto sarcasmo.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Desde que el muchacho con rabo de simio comenzó a caminar hacia Rider. Lo miró detenidamente, el monstruo lucía una musculatura perfecta y tremendamente desarrollada para alguien de su edad. Su transformación no era lo único de lo que tenía que percatarse, al menos tenía un gran físico que mostrar. Aunque era algo superficial, todo análisis que podía realizar Rider lo procesaba con fervor. Percatarse de todos los detalles, elaborar una estrategia y poseer una técnica fluida y variada eran las máximas de combate que su maestro le enseñó, por lo tanto el joven huérfano trataba de observar todo lo que lo rodeaba.
Mientras veía como el sayajin se acercaba con tranquilidad hacia él, logró notar una gran confianza en su expresión, tal vez podía notarse algo de arrogancia. Sus músculos estaban tensos y sus puños cerrados, estaba preparado para luchar. No podía confiar en alguien como él. Sus palabras, repletas de soberbia e hipocresía, le dejaban en claro que no sentía ni un atisbo de arrepentimiento y estaba seguro que lo volvería hacer. En esos momentos, el terrícola no pronunció ninguna palabra, tan solo bufó e hizo una mueca de descontento. Debía detenerlo a como diera lugar.
De pronto, Haskoz dio la vuelta dándole la espalda a Rider, caminaba en dirección a la ciudad pero volteó rápidamente posando nuevamente su mirada en la del artista marcial. Preguntó por una cámara de video que tenía antes de su metamorfosis, y que seguramente había lanzado durante el evento. Rider sabía de que se trataba, incluso tenía aquel objeto entre las posesiones de su mochila. Aunque no sabía exactamente porque su cuerpo decidió conservarlo durante su escape de las rocas que el ozaru lanzaba, pensaba en esos momentos usarla para su objetivo.
- No estoy seguro- mentía- Aunque estaba más interesado en evadir las rocas que estabas lanzando. ¿Sabes? A mi no me gusta que monos gigantes traten de aplastarme- el sarcasmo y el rencor que sentía se podían notar a leguas en sus palabras. Pero debía alejarlo de la ciudad, para que no cause más problemas. Debía guiarlo hacía otro lugar.
-Aunque tal vez recuerde algo- dijo con una expresión de seriedad en su rostro- Puede ser que la haya visto por algun lado- hizo una pausa y se acercó mirando el suelo. Estaba a tan solo un par de pasos cuando puso sus ojos molestos en el rostro del sayajin - podría decirte…así como tu podrías decirme como rayos te conviertes en esa bestia- era un chantaje simple y directo. Pero aún así debía conocer de que era capaz aquel monstruo, para poder derrotarlo.
Mientras veía como el sayajin se acercaba con tranquilidad hacia él, logró notar una gran confianza en su expresión, tal vez podía notarse algo de arrogancia. Sus músculos estaban tensos y sus puños cerrados, estaba preparado para luchar. No podía confiar en alguien como él. Sus palabras, repletas de soberbia e hipocresía, le dejaban en claro que no sentía ni un atisbo de arrepentimiento y estaba seguro que lo volvería hacer. En esos momentos, el terrícola no pronunció ninguna palabra, tan solo bufó e hizo una mueca de descontento. Debía detenerlo a como diera lugar.
De pronto, Haskoz dio la vuelta dándole la espalda a Rider, caminaba en dirección a la ciudad pero volteó rápidamente posando nuevamente su mirada en la del artista marcial. Preguntó por una cámara de video que tenía antes de su metamorfosis, y que seguramente había lanzado durante el evento. Rider sabía de que se trataba, incluso tenía aquel objeto entre las posesiones de su mochila. Aunque no sabía exactamente porque su cuerpo decidió conservarlo durante su escape de las rocas que el ozaru lanzaba, pensaba en esos momentos usarla para su objetivo.
- No estoy seguro- mentía- Aunque estaba más interesado en evadir las rocas que estabas lanzando. ¿Sabes? A mi no me gusta que monos gigantes traten de aplastarme- el sarcasmo y el rencor que sentía se podían notar a leguas en sus palabras. Pero debía alejarlo de la ciudad, para que no cause más problemas. Debía guiarlo hacía otro lugar.
-Aunque tal vez recuerde algo- dijo con una expresión de seriedad en su rostro- Puede ser que la haya visto por algun lado- hizo una pausa y se acercó mirando el suelo. Estaba a tan solo un par de pasos cuando puso sus ojos molestos en el rostro del sayajin - podría decirte…así como tu podrías decirme como rayos te conviertes en esa bestia- era un chantaje simple y directo. Pero aún así debía conocer de que era capaz aquel monstruo, para poder derrotarlo.
Rider- Mensajes : 48
Fama en el Foro : 1
Fecha de inscripción : 26/07/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
—No estoy seguro —le respondió aquel humano a su pregunta— Aunque estaba más interesado en evadir las rocas que estabas lanzando. ¿Sabes? A mi no me gusta que monos gigantes traten de aplastarme.
El sarcasmo que desprendían aquellas palabras era evidente, y Haskoz frunció el ceño. No le gustaba que le vacilasen.
—¿En serio intenté matarte? Pues no lo recuerdo. Para mí no deberías ser más que un insecto, no te lo tomes a mal —le respondió, con una sonrisa cínica dibujada en el rostro.
Tras eso, el humano se puso serio y le dijo:
—Aunque tal vez recuerde algo. Puede ser que la haya visto por algun lado. Podría decirte…así como tu podrías decirme como rayos te conviertes en esa bestia —finalizó, estando a sólo dos pasos de Haskoz. Aquella cercanía no le hacía ninguna gracia al Saiyan, así como la forma en la que le hablaba, como si se estuviese burlando de él. Haskoz apretó los puños y le clavó la mirada, furioso. Parecía a punto de estallar, pese a no mover ni un sólo músculo.
—¿Quieres saber cómo me transformo? Bien, pues te lo diré... —Haskoz lo miraba a los ojos, con la boca tensa y voz seria. Ya no había en su actitud rasgos de sarcasmo o gracia— Sólo tengo que enfurecerme mucho. Normalmente, puedo controlarlo a voluntad —mintió Haskoz. No pensaba contarle la verdad sobre su transformación. No quería parecer débil y manejable ante la criatura que llevaba en su interior por tan sólo mirar la luna llena—, pero hay ocasiones en las que si algo o alguien me irrita lo suficiente... Bueno, pierdo el control y dejo salir mi verdadero Yo. Y tú estás empezando a sacarme de quicio...
De pronto, y ante estas últimas palabras, Haskoz realizó un Kiai. Liberó la técnica a través de su cuerpo entero, haciendo que una onda de energía arrasase con lo que estaba alrededor de él y, por lo tanto, impactase de lleno en Rider, que estaba a tan sólo dos pasos de él.
Acto seguido saltó hacia él, intentando darle un fuerte puñetazo en el rostro con su puño derecho.
El sarcasmo que desprendían aquellas palabras era evidente, y Haskoz frunció el ceño. No le gustaba que le vacilasen.
—¿En serio intenté matarte? Pues no lo recuerdo. Para mí no deberías ser más que un insecto, no te lo tomes a mal —le respondió, con una sonrisa cínica dibujada en el rostro.
Tras eso, el humano se puso serio y le dijo:
—Aunque tal vez recuerde algo. Puede ser que la haya visto por algun lado. Podría decirte…así como tu podrías decirme como rayos te conviertes en esa bestia —finalizó, estando a sólo dos pasos de Haskoz. Aquella cercanía no le hacía ninguna gracia al Saiyan, así como la forma en la que le hablaba, como si se estuviese burlando de él. Haskoz apretó los puños y le clavó la mirada, furioso. Parecía a punto de estallar, pese a no mover ni un sólo músculo.
—¿Quieres saber cómo me transformo? Bien, pues te lo diré... —Haskoz lo miraba a los ojos, con la boca tensa y voz seria. Ya no había en su actitud rasgos de sarcasmo o gracia— Sólo tengo que enfurecerme mucho. Normalmente, puedo controlarlo a voluntad —mintió Haskoz. No pensaba contarle la verdad sobre su transformación. No quería parecer débil y manejable ante la criatura que llevaba en su interior por tan sólo mirar la luna llena—, pero hay ocasiones en las que si algo o alguien me irrita lo suficiente... Bueno, pierdo el control y dejo salir mi verdadero Yo. Y tú estás empezando a sacarme de quicio...
De pronto, y ante estas últimas palabras, Haskoz realizó un Kiai. Liberó la técnica a través de su cuerpo entero, haciendo que una onda de energía arrasase con lo que estaba alrededor de él y, por lo tanto, impactase de lleno en Rider, que estaba a tan sólo dos pasos de él.
Acto seguido saltó hacia él, intentando darle un fuerte puñetazo en el rostro con su puño derecho.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Esperaba que su respuesta fuera otra, esperaba que entre sus palabras pudiera descifrar alguna debilidad, o que al menos él no tuviese la completa habilidad de transformarse a drede o que al menos hubiese algún factor externo que pudiese frenar su metamorfosis. Pero para su desgracia, tan solo la furia hacía despertar a la bestia y debido a sus palabras, el desconocido podía controlar sus habilidades. Era un verdadero problema, quien estaba en frente suyo era sin duda una bomba de tiempo que podía estallar en cualquier momento y en cualquier lugar.
Mientras el joven terminaba de “explicarle” sobre su monstruo interior, Rider trataba de crear un plan de ataque que le impidiera transformarse y decantar la balanza para el lado del simio. En su mente, pasaban decenas de combinaciones rápidas y efectivas para dejar al asesino fuera de combate lo más pronto posible, incluso su mente maquinaba la mejor manera de dejarlo invalido para que no lograra atacar a nadie más.
Aún así, los planes fueron frustrados casi instantáneamente. –ARGH- Un haz de luz y energía desprendió Haskoz de sus manos, Rider trató de esquivarlo pero no lo logró y el ataque golpeó de lleno en su pecho enviándolo hacia atrás. Sentía en su pecho un molesto ardor. No tardó tiempo en reincorporarse sin embargo al instante se encontró con el puño de su enemigo dirigiéndose directamente a su rostro. Como pudo apartó el brazo de Haskoz y lanzó una patada a la altura del cuello, aunque iba con fuerza su principal objetivo de aquel golpe era separarse del asesino y tomar una posición más cómoda en la pelea.
- Maldito animal- le dijo con una sonrisa y algo de malicia- te juro que te arrepentirás de haberme atacado- No terminó de hablar cuando avanzó hacia su rival con su brazo preparado para asestarle un codazo ascendente directamente en la barbilla y un puñetazo con su otra mano.
Mientras el joven terminaba de “explicarle” sobre su monstruo interior, Rider trataba de crear un plan de ataque que le impidiera transformarse y decantar la balanza para el lado del simio. En su mente, pasaban decenas de combinaciones rápidas y efectivas para dejar al asesino fuera de combate lo más pronto posible, incluso su mente maquinaba la mejor manera de dejarlo invalido para que no lograra atacar a nadie más.
Aún así, los planes fueron frustrados casi instantáneamente. –ARGH- Un haz de luz y energía desprendió Haskoz de sus manos, Rider trató de esquivarlo pero no lo logró y el ataque golpeó de lleno en su pecho enviándolo hacia atrás. Sentía en su pecho un molesto ardor. No tardó tiempo en reincorporarse sin embargo al instante se encontró con el puño de su enemigo dirigiéndose directamente a su rostro. Como pudo apartó el brazo de Haskoz y lanzó una patada a la altura del cuello, aunque iba con fuerza su principal objetivo de aquel golpe era separarse del asesino y tomar una posición más cómoda en la pelea.
- Maldito animal- le dijo con una sonrisa y algo de malicia- te juro que te arrepentirás de haberme atacado- No terminó de hablar cuando avanzó hacia su rival con su brazo preparado para asestarle un codazo ascendente directamente en la barbilla y un puñetazo con su otra mano.
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Su Kiai le había dado de lleno. Sin embargo, y para la sorpresa de Haskoz, fue capaz de reincorporarse lo suficientemente rápido como para esquivar su golpe e incluso contraatacar con una patada. Gracias a su brazo izquierdo, que ya lo tenía a la altura del pecho a la hora de intentar darle un puñetazo con su mano derecha, consiguió bloquear la patada. No obstante, debido a la fuerza del golpe, la patada lo lanzó cinco metros hacia atrás.
—Vaya...
Aquella patada le bastó para saber que su oponente tenía más fuerza física que él y, por como había reaccionado, también sabía pelear. A diferencia de él, que se movía por instinto, aquel humano parecía dominar algún arte marcial. A regañadientes, aceptó que si el combate continuaba por la lucha cuerpo a cuerpo no tendría ninguna posibilidad de vencer.
—Maldito animal, te juro que te arrepentirás de haberme atacado —dijo Rider, mientras empezaba a acercarse a él.
Haskoz dio un par de pasos atrás, manteniendo la distancia, y alzó su brazo derecho hacia Rider, con la palma de la mano levantada.
—¡Alto! —le gritó entonces— Antes de continuar, me debes una respuesta. Ese era el trato. ¿Cogiste mi cámara o no?
Las venas de su brazo se hincharon. Estaba preparado y listo para atacar. Pero, ¿tendría aquel humano su objeto más valioso y preciado? ¿En verdad habría cogido su cámara de video? No lo sabía, aunque sospechaba que sí.
La hierba se movió e inclinó hacia Rider, como si una ráfaga de viento las golpease. El cielo estaba despejado, sin rastro de nubes y con un sol que acababa de salir del horizonte, situado a espaldas de Haskoz. Era un día agradable, y no parecía haber nadie cerca de allí que pudiese ser testigo del combate que se haría entre aquellos dos individuos.
—Vaya...
Aquella patada le bastó para saber que su oponente tenía más fuerza física que él y, por como había reaccionado, también sabía pelear. A diferencia de él, que se movía por instinto, aquel humano parecía dominar algún arte marcial. A regañadientes, aceptó que si el combate continuaba por la lucha cuerpo a cuerpo no tendría ninguna posibilidad de vencer.
—Maldito animal, te juro que te arrepentirás de haberme atacado —dijo Rider, mientras empezaba a acercarse a él.
Haskoz dio un par de pasos atrás, manteniendo la distancia, y alzó su brazo derecho hacia Rider, con la palma de la mano levantada.
—¡Alto! —le gritó entonces— Antes de continuar, me debes una respuesta. Ese era el trato. ¿Cogiste mi cámara o no?
Las venas de su brazo se hincharon. Estaba preparado y listo para atacar. Pero, ¿tendría aquel humano su objeto más valioso y preciado? ¿En verdad habría cogido su cámara de video? No lo sabía, aunque sospechaba que sí.
La hierba se movió e inclinó hacia Rider, como si una ráfaga de viento las golpease. El cielo estaba despejado, sin rastro de nubes y con un sol que acababa de salir del horizonte, situado a espaldas de Haskoz. Era un día agradable, y no parecía haber nadie cerca de allí que pudiese ser testigo del combate que se haría entre aquellos dos individuos.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Yume estaba llegando a la Ciudad del Oeste. Se dirigía allí con un propósito muy claro: obtener más información sobre la bestia que había matado a su padre. Sin duda, en un sitio con tanta gente como aquel seguro que había alguien que supiese algo más del simio gigante. Estaba pensando en eso cuando algo le llamó la atención. A una distancia considerable, se hallaban la entrada a la gran ciudad. Pero no fue eso lo que le sorprendió, sino un par de jóvenes que parecían estar teniendo una pelea. Se fijó en el chico sin camisa, que parecía llevar ventaja en el combate. Sin duda, estaba siendo una pelea interesante y decidió quedarse a observar desde la distancia.
Se acercó unos metros más y se ocultó tras unos arbustos, pues no quería interrumpirlos. Desde allí, escuchaba sus voces como leves murmullos, aunque sin poder alcanzar a entender lo que decían.
-Hmm.. El chico sin camisa ha usado una técnica curiosa para golpear al otro. Tengo que aprenderla.
Se acercó unos metros más y se ocultó tras unos arbustos, pues no quería interrumpirlos. Desde allí, escuchaba sus voces como leves murmullos, aunque sin poder alcanzar a entender lo que decían.
-Hmm.. El chico sin camisa ha usado una técnica curiosa para golpear al otro. Tengo que aprenderla.
- OFF:
- Si molesta mi post decídmelo y lo borro u.u Solo quiero subir mi lvl y participar en el tema cuando acabe el combate. Hasta entonces solo sere un espectador y podeis saltaros mi turno cuando querais xD
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La patada había sido efectiva y cumplió el objetivo de Rider. No había logrado asestarle el golpe de lleno debido a la guardia del sayajin sin embargo pudo hacerlo retroceder con la fuerza del impacto. Un bloqueo que le hizo ver que Hazkos no tenía una técnica pulida, lo que le hizo pensar que el chico tan solo podía batallar gracias a sus increíbles dotes físicos. Percibía en esos momentos que tenía una clara ventaja, sin embargo estaba seguro que no podría confiarse con esa bestia o terminaría aplastado con su transformación.
Quiso avanzar para golpearlo con sus puños y derrotarlo lo más rápido posible cuando la voz del rubio se hizo notar, mientras apuntaba la palma de su mano hacia Rider. Otra vez preguntó por su cámara, al parecer en su interior guardaba algo que le interesaba a Hazkos. Dudoso sobre informarle del paradero de la cámara de video, le dio una leve sonrisa. Mientras, observaba el brazo de su rival, estaba hinchado y sentía una brisa energizante desde su cuerpo que hacía bailar las hierbas que ambos pisaban, sabía que ante el menor indicio lanzaría otro rayo de energía así que decidió usar la video grabadora como señuelo.
- Si la he visto- mantenía su sonrisa- Incluso se donde esta- se tomaba su tiempo para hablar, trataba de hacer incomodar a su rival y desconcentrarlo – Esta en mi mochila, allí atrás- señaló con su pulgar sobre su espalda, moviéndose levemente para que el sayano lograra verla.
Estaba seguro que Hazkos le quitaría la vista de encima para ver lo que tanto buscaba. Sin esperar ni una milésima de segundo, Rider se movió rápidamente hacia el simio dejando en su lugar el retrato de su imagen desvaneciéndose, una técnica interesante y confusa que hacía tiempo que logró aprenderla. Con el impulso de su velocidad y la fuerza de sus brazos clavó sus nudillos por debajo de las costillas del saiyajin en un potente puñetazo y trató de rematar con un codazo ascendente directo en su barbilla.
- Tienes talento infeliz- le dijo seriamente mientras se alejaba de su rival – pero no lo sabes aprovechar. Es una lástima…aunque mejor para mí. No perderé-
Quiso avanzar para golpearlo con sus puños y derrotarlo lo más rápido posible cuando la voz del rubio se hizo notar, mientras apuntaba la palma de su mano hacia Rider. Otra vez preguntó por su cámara, al parecer en su interior guardaba algo que le interesaba a Hazkos. Dudoso sobre informarle del paradero de la cámara de video, le dio una leve sonrisa. Mientras, observaba el brazo de su rival, estaba hinchado y sentía una brisa energizante desde su cuerpo que hacía bailar las hierbas que ambos pisaban, sabía que ante el menor indicio lanzaría otro rayo de energía así que decidió usar la video grabadora como señuelo.
- Si la he visto- mantenía su sonrisa- Incluso se donde esta- se tomaba su tiempo para hablar, trataba de hacer incomodar a su rival y desconcentrarlo – Esta en mi mochila, allí atrás- señaló con su pulgar sobre su espalda, moviéndose levemente para que el sayano lograra verla.
Estaba seguro que Hazkos le quitaría la vista de encima para ver lo que tanto buscaba. Sin esperar ni una milésima de segundo, Rider se movió rápidamente hacia el simio dejando en su lugar el retrato de su imagen desvaneciéndose, una técnica interesante y confusa que hacía tiempo que logró aprenderla. Con el impulso de su velocidad y la fuerza de sus brazos clavó sus nudillos por debajo de las costillas del saiyajin en un potente puñetazo y trató de rematar con un codazo ascendente directo en su barbilla.
- Tienes talento infeliz- le dijo seriamente mientras se alejaba de su rival – pero no lo sabes aprovechar. Es una lástima…aunque mejor para mí. No perderé-
off: no tengo problema con que te metas...cuanto más mejor.
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Haskoz vio la mochila que había tras Rider, para luego volver a fijar su mirada en él... Instantes después, éste se encontraba al lado suya, golpeándolo fuertemente en el costado. Seguidamente, el humano trató de darle un codazo en la barbilla y, gracias a que el Saiyan tenía el brazo previamente levantado para lanzarle una bola de energía, pudo usarlo como defensa del segundo golpe. El codazo impactó en su antebrazo, haciendo que se golpease la boca con su propia brazo por el golpe. Todo esto sucedió en apenas un par de segundos, para que luego el humano volviese a alejarse murmurando unas palabras:
—Tienes talento infeliz, pero no lo sabes aprovechar. Es una lástima…aunque mejor para mí. No perderé.
Haskoz escupió, dejando una mancha roja en el suelo. Tenía una fea brecha en el labio superior, producido por el anterior golpe. Aún así, y a pese al dolor, sonrió, mostrando sus dientes ensangrentados. Segundos después, y tras recobrar la compostura, se acercó lentamente hacia Rider, sin intención de atacarle. Sabía de antemano que tenía la batalla perdida. Había notado con aquellos puñetazos que la diferencia de fuerza era demasiado grande. Pero, pese a lo imposible de su victoria, el Saiyan no abandonaría la pelea tan fácilmente.
—Adelante —le dijo, cuando sólo se encontraba a dos pasos de Rider. Levantó los brazos para luego golpear con fuerza su propio pecho con el puño derecho—. ¡Golpéame! Golpéame si es eso lo que quieres. Sigue haciéndome enfadar. Sigue aumentando mi furia y te enfrentarás a mi verdadero yo —finalizó. Se había marcado un farol, y era hora de averiguar si le saldría bien. De reojo, volvió a ver la mochila de Rider. Aquel era su verdadero objetivo.
—Tienes talento infeliz, pero no lo sabes aprovechar. Es una lástima…aunque mejor para mí. No perderé.
Haskoz escupió, dejando una mancha roja en el suelo. Tenía una fea brecha en el labio superior, producido por el anterior golpe. Aún así, y a pese al dolor, sonrió, mostrando sus dientes ensangrentados. Segundos después, y tras recobrar la compostura, se acercó lentamente hacia Rider, sin intención de atacarle. Sabía de antemano que tenía la batalla perdida. Había notado con aquellos puñetazos que la diferencia de fuerza era demasiado grande. Pero, pese a lo imposible de su victoria, el Saiyan no abandonaría la pelea tan fácilmente.
—Adelante —le dijo, cuando sólo se encontraba a dos pasos de Rider. Levantó los brazos para luego golpear con fuerza su propio pecho con el puño derecho—. ¡Golpéame! Golpéame si es eso lo que quieres. Sigue haciéndome enfadar. Sigue aumentando mi furia y te enfrentarás a mi verdadero yo —finalizó. Se había marcado un farol, y era hora de averiguar si le saldría bien. De reojo, volvió a ver la mochila de Rider. Aquel era su verdadero objetivo.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Al parecer, Yume había subestimado las habilidades del otro combatiente, que de un momento a otro se posicionó como claro vencedor de la batalla. Pero parecía que las sorpresas no terminaban ahí. Pocos segundos después de ser golpeado por su enemigo, el joven sin camisa se acercó a su adversario y le pidió, gritando, que le golpease. ¿Es que se había vuelto loco? ¿O era un truco?
Yume estaba bastante intrigada en lo que pasaría a continuación y, para escuchar lo que decían ambos combatientes, decidió acercarse más a ellos.
Se encontraba a espaldas de Rider, a unos veinte metros de distancia. Estaba agachada y se movía con lentitud, intentando que Haskoz no lo viese. Cuando creyó estar lo suficientemente cerca para escuchar sus palabras, se detuvo. A un lado, a pocos metros de ella, vio una mochila tirada en el suelo. Se preguntó de quién sería, aunque tampoco le dio más importancia.
Lo realmente interesante se hallaba en frente suya.
Yume estaba bastante intrigada en lo que pasaría a continuación y, para escuchar lo que decían ambos combatientes, decidió acercarse más a ellos.
Se encontraba a espaldas de Rider, a unos veinte metros de distancia. Estaba agachada y se movía con lentitud, intentando que Haskoz no lo viese. Cuando creyó estar lo suficientemente cerca para escuchar sus palabras, se detuvo. A un lado, a pocos metros de ella, vio una mochila tirada en el suelo. Se preguntó de quién sería, aunque tampoco le dio más importancia.
Lo realmente interesante se hallaba en frente suya.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Como pensaba, Haskoz no era tan poderoso como para derrotarlo, al menos en su forma humana. Se notaba que solo combatía por instinto y que jamás había tenido un entrenamiento serio, la ausencia de una técnica definida y el uso de tácticas durante los intercambios de golpes lo evidenciaban. Aún así las fuerzas que tenía eran de tener en cuenta y más si no había sido entrenado como un artista marcial. El talento que tenía el sayajin era algo que una persona como Rider ni siquiera podría imaginarse. Aún así, sabía que al final todo dependía del entrenamiento y el esfuerzo que uno le dedicaba, nada más.
Los golpes habían dado en su objetivo, el primero había entrado limpiamente en el cuerpo del monstruo y aunque el codazo con el que arremetió luego fue frenado por el antebrazo del rubio, tuvo suficiente fuerza como para obligarlo impactar con su cara partiéndole el labio superior. La sangre comenzó a caer por su boca.
Entonces, el sayajin se acercó caminando lentamente hacia Rider. No había un instinto asesino en sus movimientos y mucho menos algún indicio de que lo atacaría. Parecía como que había aceptado ya la derrota, aún así se tenía un andar seguro y decidido. Entonces habló. Lo incitaba a pegarle, quería enfurecerse, que la ira lo consumiera. Entendía su objetivo, Hazkos lo animaba a liberar el monstruo que yacía en su interior, quería que el simio gigante apareciera.
Rider titubeó unos instantes, sabía que no lograría nada con enfurecerlo y aunque lo noqueara no impediría que la bestia volviese y asesinara a cualquier persona inocente que se le cruce en su camino. Tenía que ser más inteligente, tenía que impedir cualquier ataque y matarlo no era una opción para él. El miedo de morir podría ser una posibilidad.
Había una opción que su maestro usó un par de veces, sin embargo no estaba seguro si funcionaría con él. Miró fijamente hacia su enemigo, quería asustarlo – ¡Morirás antes de que logres sacarlo!- amenazó seriamente. Rápidamente comenzó a elevar su ki, mostrando una intención de matar en su energía. Avanzó unos centímetros invadiendo el espacio personal de Hazkos mirándolo directamente a los ojos tratando de intimidarlo. Lo miraba furioso y una sonrisa sádica se dibujo en su rostro, una actuación que imitaba de su maestro. Tan solo quería asustarlo. – ¿¡Acaso quieres morir?!- gritó amenazante. Sin esperar volvió a golpear el rostro del sayajin con su puño de manera brusca. -¡¿Quieres hacerlo!?- gritó por tercera vez. Quería asustarlo y hacerle temer que si volvía a matar, alguien podría acabar con su vida sin reparos.
Los golpes habían dado en su objetivo, el primero había entrado limpiamente en el cuerpo del monstruo y aunque el codazo con el que arremetió luego fue frenado por el antebrazo del rubio, tuvo suficiente fuerza como para obligarlo impactar con su cara partiéndole el labio superior. La sangre comenzó a caer por su boca.
Entonces, el sayajin se acercó caminando lentamente hacia Rider. No había un instinto asesino en sus movimientos y mucho menos algún indicio de que lo atacaría. Parecía como que había aceptado ya la derrota, aún así se tenía un andar seguro y decidido. Entonces habló. Lo incitaba a pegarle, quería enfurecerse, que la ira lo consumiera. Entendía su objetivo, Hazkos lo animaba a liberar el monstruo que yacía en su interior, quería que el simio gigante apareciera.
Rider titubeó unos instantes, sabía que no lograría nada con enfurecerlo y aunque lo noqueara no impediría que la bestia volviese y asesinara a cualquier persona inocente que se le cruce en su camino. Tenía que ser más inteligente, tenía que impedir cualquier ataque y matarlo no era una opción para él. El miedo de morir podría ser una posibilidad.
Había una opción que su maestro usó un par de veces, sin embargo no estaba seguro si funcionaría con él. Miró fijamente hacia su enemigo, quería asustarlo – ¡Morirás antes de que logres sacarlo!- amenazó seriamente. Rápidamente comenzó a elevar su ki, mostrando una intención de matar en su energía. Avanzó unos centímetros invadiendo el espacio personal de Hazkos mirándolo directamente a los ojos tratando de intimidarlo. Lo miraba furioso y una sonrisa sádica se dibujo en su rostro, una actuación que imitaba de su maestro. Tan solo quería asustarlo. – ¿¡Acaso quieres morir?!- gritó amenazante. Sin esperar volvió a golpear el rostro del sayajin con su puño de manera brusca. -¡¿Quieres hacerlo!?- gritó por tercera vez. Quería asustarlo y hacerle temer que si volvía a matar, alguien podría acabar con su vida sin reparos.
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
— ¡Morirás antes de que logres sacarlo! —le gritó Rider, y Haskoz sabía que podía ser cierto. Pasarían horas hasta que la noche cayese y la luna asomase en lo alto, y no sabía si todavía sería luna llena. De pronto, un sexto sentido alertó a Haskoz del aumento de poder de Rider. Parecía como si estuviese aumentando su energía, preparando un gran golpe. Rider se acercó todavía más, quedando a tan sólo centímetros del Saiyan, mientras le miraba fijamente.
El corazón de Haskoz empezó a latir con violencia, sabiendo que se encontraba en peligro. Entonces, hizo lo que todo animal salvaje hace cuando se siente en peligro.
— ¿¡Acaso quieres m...!? —pero Rider no podría terminar la frase. Aprovechando que tenía su mano derecha apoyada en el pecho, con el que anteriormente se había golpeado, sujetó a Rider por el pescuezo a la vez que intentaba darle un cabezazo a la altura de la nariz. Esperaba que, debido a la proximidad y a que tomase por sorpresa al enemigo, su golpe acertase.
Acto seguido, la mano con la que sujetaba el pescuezo de Rider salió disparada hacia arriba para asestarle un codazo en el mentón, con todas sus fuerzas.
Después pegó un rápido salto hacia atrás, para quedar a cinco metros del humano y cargar una bola de Ki en su mano izquierda.
— Hace falta mucho más que unos brazos musculados y una técnica de pelea pulida para vencer a Haskoz, insensato... — le dijo, herido en orgullo.
El corazón de Haskoz empezó a latir con violencia, sabiendo que se encontraba en peligro. Entonces, hizo lo que todo animal salvaje hace cuando se siente en peligro.
— ¿¡Acaso quieres m...!? —pero Rider no podría terminar la frase. Aprovechando que tenía su mano derecha apoyada en el pecho, con el que anteriormente se había golpeado, sujetó a Rider por el pescuezo a la vez que intentaba darle un cabezazo a la altura de la nariz. Esperaba que, debido a la proximidad y a que tomase por sorpresa al enemigo, su golpe acertase.
Acto seguido, la mano con la que sujetaba el pescuezo de Rider salió disparada hacia arriba para asestarle un codazo en el mentón, con todas sus fuerzas.
Después pegó un rápido salto hacia atrás, para quedar a cinco metros del humano y cargar una bola de Ki en su mano izquierda.
— Hace falta mucho más que unos brazos musculados y una técnica de pelea pulida para vencer a Haskoz, insensato... — le dijo, herido en orgullo.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
El combate seguía en auge, y todavía no había un claro vencedor. Según las palabras de uno, el chico sin camisa se llamaba Haskoz.
—Bonito nombre... —susurró Yume para sus adentros, mientras desenvainaba su katana con cuidado. Lo que acababa de escuchar por parte de ambos combatientes no le gustaba. Al parecer, aquella era una batalla a muerte, y ella no pensaba consentirlo. En cuanto alguno de ellos fuese a asestar el golpe mortal, lo remediaría con una buena estocada de Katana.
Mientras tanto, pues no parecía que la batalla fuese a terminar pronto, decidió inspeccionar la mochila que se hallaba a pocos pasos de ella. Se preguntaba que objetos guardaría en su interior, si es que guardaba alguno.
—Bonito nombre... —susurró Yume para sus adentros, mientras desenvainaba su katana con cuidado. Lo que acababa de escuchar por parte de ambos combatientes no le gustaba. Al parecer, aquella era una batalla a muerte, y ella no pensaba consentirlo. En cuanto alguno de ellos fuese a asestar el golpe mortal, lo remediaría con una buena estocada de Katana.
Mientras tanto, pues no parecía que la batalla fuese a terminar pronto, decidió inspeccionar la mochila que se hallaba a pocos pasos de ella. Se preguntaba que objetos guardaría en su interior, si es que guardaba alguno.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Se había confiado demasiado. Había puesto todas sus fichas a que el sayajin se acobardaría al liberar su ki y su instinto asesino, al parecer no se dejaba llevar por sus instintos por completo, pues su demostración bastaría para ahuyentar a cualquier bestia. Sin embargo, era claro que ese chico tenía bastantes secretos guardados. Y fue así que, como el luchador más ingenuo, bajó su guardia sin repararse en las acciones de su rival.
Con un veloz movimiento, Hazkos atrapó con su mano la garganta de Rider y sin dudarlo movió su cabeza ferozmente haciéndola impactar contra la nariz del terrícola. No pudo hacer nada para evitarlo y el golpe dio de lleno haciendo que su nariz sangrara por una de sus fosas. Sin perder tiempo el alienígena golpeó con su codo el mentón de Rider. El golpe llevaba una corta trayectoria y la escasa distancia que había entre ambos hicieron que el impacto no fuera tan efectivo como podría llegar a ser.
-Aargh- se quejó mientras observaba al rubio alejarse. La sangre comenzaba a manchar buena parte de su rostro molestándolo. Lo miraba furioso, otra vez había cargado una esfera de energía en su mano. Otra vez iba usar una técnica de ki para atacarlo. Pudo notar que había una manera abismal en el estilo de pelea. Mientras que Rider tenía una gran técnica y siempre trataba de pelear cuerpo a cuerpo, en muy escasas veces atacaba con rayos de energía. – ¿Estas seguro? Lo mío no es solo es fuerza y movimientos bonitos, amigo- pronunció furioso, ese simio estaba desestimando todo lo que su maestro le había enseñado y el camino que estaba recorriendo – pero si quieres subestimarme hazlo-
La concentración comenzó a hacer presencia en la mente de Rider, ahora pelearía al cien por ciento desde el primer ataque. Trataría de noquearlo y lastimarlo desde que se moviera, no lo dejaría ni siquiera pensar sobre lo sucedido. Quería demostrarle todo lo que un verdadero artista marcial podía hacer. -¡Veamos si puedes soportar esto!- otra vez utilizó la técnica del espejo para atacar a Hazkos, desviando su trayectoria tan solo unos centímetros hacia la derecha. Su guardia estaba preparada para recibir la esfera pero aún su cuerpo se estaba disponiendo para efectuar un nuevo ataque. A menos de un metro de distancia, apoyó firmemente su pie derecho en suelo, torció su cintura y lanzó una potente patada de Muay Thai directo a la boca del estomago. Elevó su cuerpo centímetros y descargó un puñetazo que descendió directamente a su rostro.
Si quería pelea, él se la daría, no se contendría ni cuidaría de la integridad del sayajin, estaba dispuesto a lastimarlo seriamente si la pelea seguía. Era un asesino y no tuvo reparo ni piedad con sus victimas. ¿Por qué Rider la tendría?
Con un veloz movimiento, Hazkos atrapó con su mano la garganta de Rider y sin dudarlo movió su cabeza ferozmente haciéndola impactar contra la nariz del terrícola. No pudo hacer nada para evitarlo y el golpe dio de lleno haciendo que su nariz sangrara por una de sus fosas. Sin perder tiempo el alienígena golpeó con su codo el mentón de Rider. El golpe llevaba una corta trayectoria y la escasa distancia que había entre ambos hicieron que el impacto no fuera tan efectivo como podría llegar a ser.
-Aargh- se quejó mientras observaba al rubio alejarse. La sangre comenzaba a manchar buena parte de su rostro molestándolo. Lo miraba furioso, otra vez había cargado una esfera de energía en su mano. Otra vez iba usar una técnica de ki para atacarlo. Pudo notar que había una manera abismal en el estilo de pelea. Mientras que Rider tenía una gran técnica y siempre trataba de pelear cuerpo a cuerpo, en muy escasas veces atacaba con rayos de energía. – ¿Estas seguro? Lo mío no es solo es fuerza y movimientos bonitos, amigo- pronunció furioso, ese simio estaba desestimando todo lo que su maestro le había enseñado y el camino que estaba recorriendo – pero si quieres subestimarme hazlo-
La concentración comenzó a hacer presencia en la mente de Rider, ahora pelearía al cien por ciento desde el primer ataque. Trataría de noquearlo y lastimarlo desde que se moviera, no lo dejaría ni siquiera pensar sobre lo sucedido. Quería demostrarle todo lo que un verdadero artista marcial podía hacer. -¡Veamos si puedes soportar esto!- otra vez utilizó la técnica del espejo para atacar a Hazkos, desviando su trayectoria tan solo unos centímetros hacia la derecha. Su guardia estaba preparada para recibir la esfera pero aún su cuerpo se estaba disponiendo para efectuar un nuevo ataque. A menos de un metro de distancia, apoyó firmemente su pie derecho en suelo, torció su cintura y lanzó una potente patada de Muay Thai directo a la boca del estomago. Elevó su cuerpo centímetros y descargó un puñetazo que descendió directamente a su rostro.
Si quería pelea, él se la daría, no se contendría ni cuidaría de la integridad del sayajin, estaba dispuesto a lastimarlo seriamente si la pelea seguía. Era un asesino y no tuvo reparo ni piedad con sus victimas. ¿Por qué Rider la tendría?
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Esta vez, Haskoz adivinó las intenciones de Rider. Si bien no caería de nuevo en la misma trampa, la extrema velocidad de Rider hizo que no pudiese evitar la patada, aunque su cuerpo se preparó para recibirlo. Fue justo en el momento en el que la pierna impactaba en Haskoz cuando éste lanzó su esfera de Ki derecho a la rodilla de la pierna con la que le golpeaba.
Una explosión se originaría por el ataque, causando una gran nube de humo. Cuando la humareda desapareciese, Rider podría ver a Haskoz tumbado en el suelo, doblado y luchando por coger aire. La patada, además de producirle dolor, le había dejado sin respiración durante unos segundos. El instinto de supervivencia hizo que Haskoz moviese su cola. Hasta ahora, había permanecido enrollada en su cintura, como si de un cinturón se tratase. Sin embargo, y pese a saber que era su punto débil, el Saiyan tuvo la idea de usarlo como método de distracción mientras se recuperaba y levantaba de nuevo, haciéndola agitar enérgicamente. Si tenía suerte, inquietaría al humano, haciéndole pensar incluso que se estaba transformando en Ozharu. Esos vitales segundos de duda le servirían para recuperarse a tiempo y continuar con el combate.
Cuando se levantó, rápidamente observó la posición de Rider y le lanzó una piedra al pecho, que previamente había cogido cuando estaba tirado en el suelo. Acto seguido, la imagen de Haskoz permanecería en la misma posición mientras su cuerpo golpeaba con fiereza el viento.
Una explosión se originaría por el ataque, causando una gran nube de humo. Cuando la humareda desapareciese, Rider podría ver a Haskoz tumbado en el suelo, doblado y luchando por coger aire. La patada, además de producirle dolor, le había dejado sin respiración durante unos segundos. El instinto de supervivencia hizo que Haskoz moviese su cola. Hasta ahora, había permanecido enrollada en su cintura, como si de un cinturón se tratase. Sin embargo, y pese a saber que era su punto débil, el Saiyan tuvo la idea de usarlo como método de distracción mientras se recuperaba y levantaba de nuevo, haciéndola agitar enérgicamente. Si tenía suerte, inquietaría al humano, haciéndole pensar incluso que se estaba transformando en Ozharu. Esos vitales segundos de duda le servirían para recuperarse a tiempo y continuar con el combate.
Cuando se levantó, rápidamente observó la posición de Rider y le lanzó una piedra al pecho, que previamente había cogido cuando estaba tirado en el suelo. Acto seguido, la imagen de Haskoz permanecería en la misma posición mientras su cuerpo golpeaba con fiereza el viento.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Yume había hallado una cámara de vídeo en la mochila. Curiosa, extrajo su memoria y volvió a depositar la cámara en su sitio, para que nadie se diese cuenta de lo que había hecho. La pelea de los otros dos seguía sin descanso, y Yume ya se empezaba a hartar. ¿Es que no terminarían nunca? Quizá era hora de ponerle fin, antes de que ninguno de los dos sufriera algún daño grave. Además, según les había oído, ambos querían la muerte del otro. Y eso era algo que no podía permitir.
Guardó la tarjeta de memoria en su bolsillo y se arrastró entre la hierba hacia los combatientes. Rider seguía dándole la espalda, mientras que Haskoz le pillaba de frente. En cualquier momento, cualquiera de los dos podría verla, y no estaba segura de lo que harían después. Algo asustada, se quedó quieta y pensó en un plan en caso de que tuviese que intervenir o la pillasen tumbada entre la hierba.
Guardó la tarjeta de memoria en su bolsillo y se arrastró entre la hierba hacia los combatientes. Rider seguía dándole la espalda, mientras que Haskoz le pillaba de frente. En cualquier momento, cualquiera de los dos podría verla, y no estaba segura de lo que harían después. Algo asustada, se quedó quieta y pensó en un plan en caso de que tuviese que intervenir o la pillasen tumbada entre la hierba.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Su patada había sido por demás efectiva no solo dio en el blanco sino que logró derribar a su rival. Aun así no Rider no salió del todo airoso, Hazkos había esperado hasta el último minuto para lanzar su esfera de energía y hacerla impactar contra su rodilla un fuerte dolor y una sensación de calor molesto apareció en su articulación. Mientras que la humareda y el polvo que ambos habían generado los cubrieron a ambos por completo, cubriendo la visión de Rider. La nube no tardó en disiparse y el humano pudo ver al alien tumbado en el suelo. Se notaba que le faltaba el aire y le costaba respirar. Estaba agitado y se notaba que los impactos que había recibido hicieron mella en su estado físico.
- ¿Te das cuenta?- le dijo algo molesto – si te dedicaras a entrenar y no a asesinar podrías haberme derrotado.
Entonces se percató de ciertos movimientos peculiares de la bestia asesina. Se encontró con una cola de simio moviéndose de un lado a otro. Rider quedó algo aturdido, dudaba que debía hacer, sabía en lo se podía convertir su rival, y esos movimientos le resultaron demasiado sospechosos. No sabía que podría suceder, pero rogaba que no se convirtieran en el simio gigante que acabó con los motoristas. No sabía ni logró predecir que tan solo era una distracción para tomar aire y volver al ruedo.
Pero no fue así, en el suelo, el sayajin había tomado una roca con su mano y cuando decidió ponerse de pie se la arrojó con fuerzas contra el pecho del terrícola. La roca iba con velocidad y potencia pero bastó mover su antebrazo dibujando un ángulo recto para bloquear la piedra. Mientras que la imagen de Hazkos se desvanecía en el aire.
Había realizado un golpe de imagen, tal vez la había aprendido solo durante su vida o incluso había logrado descifrarlo con las mismas demostraciones que Rider había hecho. De cualquier manera era evidente que en el rubio yacía un talento inexplicable. Rider tensó sus músculos y afinó sus sentidos al máximo, preparado para el ataque. En el momento en que Hazkos quisiera golpearlo contraatacaría con todas sus fuerzas.
- ¿Te das cuenta?- le dijo algo molesto – si te dedicaras a entrenar y no a asesinar podrías haberme derrotado.
Entonces se percató de ciertos movimientos peculiares de la bestia asesina. Se encontró con una cola de simio moviéndose de un lado a otro. Rider quedó algo aturdido, dudaba que debía hacer, sabía en lo se podía convertir su rival, y esos movimientos le resultaron demasiado sospechosos. No sabía que podría suceder, pero rogaba que no se convirtieran en el simio gigante que acabó con los motoristas. No sabía ni logró predecir que tan solo era una distracción para tomar aire y volver al ruedo.
Pero no fue así, en el suelo, el sayajin había tomado una roca con su mano y cuando decidió ponerse de pie se la arrojó con fuerzas contra el pecho del terrícola. La roca iba con velocidad y potencia pero bastó mover su antebrazo dibujando un ángulo recto para bloquear la piedra. Mientras que la imagen de Hazkos se desvanecía en el aire.
Había realizado un golpe de imagen, tal vez la había aprendido solo durante su vida o incluso había logrado descifrarlo con las mismas demostraciones que Rider había hecho. De cualquier manera era evidente que en el rubio yacía un talento inexplicable. Rider tensó sus músculos y afinó sus sentidos al máximo, preparado para el ataque. En el momento en que Hazkos quisiera golpearlo contraatacaría con todas sus fuerzas.
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
La técnica le había funcionado, tal y como esperaba. Su imagen quedó impregnada en el aire durante unos segundos, tiempo suficiente para que el Saiyan se posicionase varios metros por detrás de Rider. Era su oportunidad para coger la cámara de video o atacar por la espalda, pero sólo podía hacer una de las dos cosas. Pero antes siquiera de decidirlo, algo llamó su atención. Una persona, a apenas unos metros de él, estaba tumbada en el suelo observando la escena, justo delante de él.
"¿Quién será y porqué estará espiándonos...? No importa... Quizá pueda aprovecharlo." pensó Haskoz fugazmente.
Dio dos pasos rápidos hacia la chica y le ofreció la mano para que se levantase, a la vez que le decía:
— Oh, vaya... ¿Qué pensabas hacer con esa espada? —le preguntó nada más verla en su mano—. ¿No estarías pensando en atacarme, verdad?— Haskoz siguió ofreciéndole la mano gentilmente para ayudarla a levantarse, mientras dibujaba una sonrisa en su rostro— Anda, levántate y observa bien nuestro combate. Porque no verás uno igual en tu vida, puedes estar segura.
Los ojos de Haskoz se volvieron de nuevo hacia su contrincante, que de seguro ya les estaría mirando.
—Gracias por enseñarme ese truco de la imagen ilusoria. Creo que para ser mi primera vez no lo hice tan mal —se regodeó Haskoz, aún sabiendo que era mentira. Aquella técnica la había aprendido hacía un par de años, aunque no para usarla en una batalla, sino para hacer reír a su hermana pequeña... El recuerdo fugaz hizo que se le cambiase el semblante, y por un momento pareció estar mirando hacia el infinito...
Sacudió la cabeza y volvió a concentrarse en Rider. No era momento para distracciones.
—Deberíamos podernos serios con el combate. Tenemos que ofrecer un bonito espectáculo a nuestro nuevo público, ¿no te parece, OjosGrises? —le dijo a Rider finalmente, llamándole por un mote que se le acababa de ocurrir.
"¿Quién será y porqué estará espiándonos...? No importa... Quizá pueda aprovecharlo." pensó Haskoz fugazmente.
Dio dos pasos rápidos hacia la chica y le ofreció la mano para que se levantase, a la vez que le decía:
— Oh, vaya... ¿Qué pensabas hacer con esa espada? —le preguntó nada más verla en su mano—. ¿No estarías pensando en atacarme, verdad?— Haskoz siguió ofreciéndole la mano gentilmente para ayudarla a levantarse, mientras dibujaba una sonrisa en su rostro— Anda, levántate y observa bien nuestro combate. Porque no verás uno igual en tu vida, puedes estar segura.
Los ojos de Haskoz se volvieron de nuevo hacia su contrincante, que de seguro ya les estaría mirando.
—Gracias por enseñarme ese truco de la imagen ilusoria. Creo que para ser mi primera vez no lo hice tan mal —se regodeó Haskoz, aún sabiendo que era mentira. Aquella técnica la había aprendido hacía un par de años, aunque no para usarla en una batalla, sino para hacer reír a su hermana pequeña... El recuerdo fugaz hizo que se le cambiase el semblante, y por un momento pareció estar mirando hacia el infinito...
Sacudió la cabeza y volvió a concentrarse en Rider. No era momento para distracciones.
—Deberíamos podernos serios con el combate. Tenemos que ofrecer un bonito espectáculo a nuestro nuevo público, ¿no te parece, OjosGrises? —le dijo a Rider finalmente, llamándole por un mote que se le acababa de ocurrir.
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Yume seguía observándolo todo cuando alguien la sorprendió de pronto. Chilló del susto en cuanto vio a Haskoz, de pie a su lado y ofreciéndole la mano para que se levantase. Se ruborizó al instante por parecer tan miedica, y aceptó su mano para ponerse en pie.
—No es una espada, sino una katana —le respondió Yume, una vez en pie y recobrado la compostura—. Y tenía en mente parar el combate en cuanto uno de los dos amenazase seriamente la vida del otro con sus acciones —siguió, elevando la voz para que Rider lo escuchase perfectamente—. No sé porqué peleáis, ni me importa. Pero no pienso permitir que nadie muera, no en mi presencia.
Se sacudió el polvo que había cogido su vestimenta en el suelo y miró a ambos a los ojos, intentando averiguar sus intenciones.
—No es una espada, sino una katana —le respondió Yume, una vez en pie y recobrado la compostura—. Y tenía en mente parar el combate en cuanto uno de los dos amenazase seriamente la vida del otro con sus acciones —siguió, elevando la voz para que Rider lo escuchase perfectamente—. No sé porqué peleáis, ni me importa. Pero no pienso permitir que nadie muera, no en mi presencia.
Se sacudió el polvo que había cogido su vestimenta en el suelo y miró a ambos a los ojos, intentando averiguar sus intenciones.
Yume- Mensajes : 16
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Esperó el golpe de su rival, pero este nunca llegó. Rider quedó sorprendido al oír la voz del sayajin a sus espaldas, en especial porque no le hablaba a él y mencionó una espada. Alerta volteó por instinto y observó lo que sucedía.
Frente a él, Hazkos ayudaba a levantar a una muchacha de cabellos castaños con un rostro suave de mirada profunda. Sentada en el suelo, a un lado de su mochila. Estaba abierta y se veía algo desordenada, al parecer la muchacha estuvo revisando sus pocas posesiones. Sonrió molesto aunque algo temeroso por la vida de Yume, Hazkos parecía tranquilo y dispuesto a ayudarla pero sabía de lo que podía ser capaz si se sentía amenazado y no permitiría que terminara con la vida de otra persona y mucho menos frente a él. Qué caballero- murmuró de manera sarcástica. Lo que más sorprendió al humano fue el extraño cambio de actitud que había tomado, ahora se comportaba como si creyera que su combate fuera un espectáculo durante una pelea de campeonato. Aquel monstruo era un ser realmente singular, impredecible en cierta manera. Eso le preocupaba.
Cuando oyó a Yume, no pudo evitar sonreírse. Parecía buena gente y se notaba que no permitiría que dos personas se dañasen, aún así le resultó algo ingenuas sus palabras y más aún porque no sabía el por qué de la pelea y mucho menos de lo podía llegar a ser quien la había ayudado a levantarse.
- Que linda combinación- dijo de manera sarcástica formando una media sonrisa en sus labios mirándola directamente a los ojos- una ladrona pacifista. Pero descuida, nadie morirá aquí, no soy un asesino y el no podrá matarme- posó de nuevo la mirada en Hazkos que ya estaba listo para luchar.
Como temía, Hazkos logró imitar aquella técnica de proyección tan solo viéndola en acción. No solo le preocupaba dichas palabras sino que además se sentía un poco de envidia por escucharlo, puesto que para lograr dicha “hazaña” había practicado varias semanas sin descanso y había recibido muchas palizas por no realizarla correctamente. Cerró sus puños esperando a que el sayajin estuviera listo, Rider era un peleador respetuoso y no golpearía a nadie a traición.
- Perfecto- anunció determinado- terminemos esto de una vez- alzó sus brazos tomando una guardia de muay thai, con sus piernas firmes y semiflexionadas para darle más impulso a sus patadas – ¿Quieres atacar? Simio- dijo a Hazkos
Frente a él, Hazkos ayudaba a levantar a una muchacha de cabellos castaños con un rostro suave de mirada profunda. Sentada en el suelo, a un lado de su mochila. Estaba abierta y se veía algo desordenada, al parecer la muchacha estuvo revisando sus pocas posesiones. Sonrió molesto aunque algo temeroso por la vida de Yume, Hazkos parecía tranquilo y dispuesto a ayudarla pero sabía de lo que podía ser capaz si se sentía amenazado y no permitiría que terminara con la vida de otra persona y mucho menos frente a él. Qué caballero- murmuró de manera sarcástica. Lo que más sorprendió al humano fue el extraño cambio de actitud que había tomado, ahora se comportaba como si creyera que su combate fuera un espectáculo durante una pelea de campeonato. Aquel monstruo era un ser realmente singular, impredecible en cierta manera. Eso le preocupaba.
Cuando oyó a Yume, no pudo evitar sonreírse. Parecía buena gente y se notaba que no permitiría que dos personas se dañasen, aún así le resultó algo ingenuas sus palabras y más aún porque no sabía el por qué de la pelea y mucho menos de lo podía llegar a ser quien la había ayudado a levantarse.
- Que linda combinación- dijo de manera sarcástica formando una media sonrisa en sus labios mirándola directamente a los ojos- una ladrona pacifista. Pero descuida, nadie morirá aquí, no soy un asesino y el no podrá matarme- posó de nuevo la mirada en Hazkos que ya estaba listo para luchar.
Como temía, Hazkos logró imitar aquella técnica de proyección tan solo viéndola en acción. No solo le preocupaba dichas palabras sino que además se sentía un poco de envidia por escucharlo, puesto que para lograr dicha “hazaña” había practicado varias semanas sin descanso y había recibido muchas palizas por no realizarla correctamente. Cerró sus puños esperando a que el sayajin estuviera listo, Rider era un peleador respetuoso y no golpearía a nadie a traición.
- Perfecto- anunció determinado- terminemos esto de una vez- alzó sus brazos tomando una guardia de muay thai, con sus piernas firmes y semiflexionadas para darle más impulso a sus patadas – ¿Quieres atacar? Simio- dijo a Hazkos
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Haskoz no entendió a que se refería Rider con el calificativo de ladrona respecto a Yume. Quizá se conocían de antes. Como fuese, no le dio mas importancia. Al luchar contra el humano, lo había conocido de una manera más íntima que si hubiese estado charlando con él semanas enteras. Los combates mostraban el alma del luchador, su esencia, o eso al menos creía él. Fue por eso que no se sorprendió cuando dijo que no era un asesino. De hecho, si Rider estaba peleando era por considerarle un peligro para los demás. Y también había intuido que no le daría la cámara de video, ni que le dejaría partir por las buenas.
"Es más fuerte, más rápido y más poderoso que yo... Pero mi mente sigue siendo la mejor. No me queda otro remedio que usarla para escapar de esta situación" pensó Haskoz, sin prestarle demasiada atención a las últimas palabras de Rider. Si bien no le pasó inadvertido el apodo de Simio.
Mientras la linda chica miraba con ojos curiosos a su adversario, Haskoz aprovechó para tomarle de la muñeca que sujetaba la katana y, con un rápido movimiento, quitársela a la vez que le hacía una llave en el brazo. De esta manera, en apenas dos segundos, Yume estaría a su merced: doblando su brazo contra la espalda con su mano izquierda mientras que su mano derecha empuñaba la katana y la colocaba rozando la piel del desprotegido cuello de Yume.
—Señor OjosGrises... Mis efectos personales, por favor —le pidió a Rider, refiriéndose a su cámara de video—. Y que no te lo tenga que repetir dos veces, ¿quieres?
Apretó con más fuerza el brazo de Yume, para que no se le escapara. Seguramente aquello la lastimaría, pero no podía permitir que su única oportunidad de escapar de allí con su cámara se desvaneciese.
—Este joven es un héroe. Seguro que no pondrá tu vida en peligro y te salvará de mi —le murmuró al oído, aunque lo suficientemente alto para que Rider le escuchase—. Es lo que quiere, ¿sabes? Cubrirse de gloria salvando doncellas indefensas... Así que se lo pondremos fácil, ¿de acuerdo?
"Es más fuerte, más rápido y más poderoso que yo... Pero mi mente sigue siendo la mejor. No me queda otro remedio que usarla para escapar de esta situación" pensó Haskoz, sin prestarle demasiada atención a las últimas palabras de Rider. Si bien no le pasó inadvertido el apodo de Simio.
Mientras la linda chica miraba con ojos curiosos a su adversario, Haskoz aprovechó para tomarle de la muñeca que sujetaba la katana y, con un rápido movimiento, quitársela a la vez que le hacía una llave en el brazo. De esta manera, en apenas dos segundos, Yume estaría a su merced: doblando su brazo contra la espalda con su mano izquierda mientras que su mano derecha empuñaba la katana y la colocaba rozando la piel del desprotegido cuello de Yume.
—Señor OjosGrises... Mis efectos personales, por favor —le pidió a Rider, refiriéndose a su cámara de video—. Y que no te lo tenga que repetir dos veces, ¿quieres?
Apretó con más fuerza el brazo de Yume, para que no se le escapara. Seguramente aquello la lastimaría, pero no podía permitir que su única oportunidad de escapar de allí con su cámara se desvaneciese.
—Este joven es un héroe. Seguro que no pondrá tu vida en peligro y te salvará de mi —le murmuró al oído, aunque lo suficientemente alto para que Rider le escuchase—. Es lo que quiere, ¿sabes? Cubrirse de gloria salvando doncellas indefensas... Así que se lo pondremos fácil, ¿de acuerdo?
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Cuando se dio cuenta fue demasiado tarde. En un par de movimientos, Haskoz tomó su espada y la inmovilizó, amenazándola con su propia katana. ¿Quién se había creído aquel niñato para hacer algo así? Dejó escapar un resoplido cuando aquella bestia le retorció con más fuerza el brazo, pero no iba a darle la satisfacción de verla sufrir. Mantendría su dignidad.
-Eres un ser despreciable, ¿lo sabías? Y yo que te quería salvar... Usar rehenes para poder huir es de cobardes. Eres un cobarde y un estúpido, y no te saldrás con la tuya. ¡Suéltame ya! -chilló al final, mientras intentaba darle patadas con las piernas. Pero pronto paró. Cada vez que lo hacía, su cuerpo descendía y la presión ejercida en su brazo crecía, aumentando a su vez el dolor.
Yume miró a Rider, intentando adivinar sus intenciones. Era un chico apuesto, con una pequeña cicatriz en la mejilla. ¿Sería verdad que no era un asesino como el desaprensivo que la mantenía inmovilizada? Sólo le quedaba confiar en él.
-Dale la dichosa cámara... -le dijo a Rider finalmente.
-Eres un ser despreciable, ¿lo sabías? Y yo que te quería salvar... Usar rehenes para poder huir es de cobardes. Eres un cobarde y un estúpido, y no te saldrás con la tuya. ¡Suéltame ya! -chilló al final, mientras intentaba darle patadas con las piernas. Pero pronto paró. Cada vez que lo hacía, su cuerpo descendía y la presión ejercida en su brazo crecía, aumentando a su vez el dolor.
Yume miró a Rider, intentando adivinar sus intenciones. Era un chico apuesto, con una pequeña cicatriz en la mejilla. ¿Sería verdad que no era un asesino como el desaprensivo que la mantenía inmovilizada? Sólo le quedaba confiar en él.
-Dale la dichosa cámara... -le dijo a Rider finalmente.
Yume- Mensajes : 16
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Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
No se lo esperó. Rider había pensado que el sayajin iba a atacarlo, sin embargo con movimientos rápidos y bruscos logró tomar a la chica que los había estado espiando, arrebatándole su katana y al mismo tiempo torciendo su brazo en una llave. Los ojos del humano se habían abierto de par en par y sus sentidos comenzaron a agudizarse, la adrenalina comenzaba liberarse en esos momentos. Apretó su puño con fuerzas por la impotencia que tenía, no podía atacarlo sin que la muchacha saliera lastimada.
Estaba nervioso y algo asustado por la seguridad de la chica. Rider era alguien que apreciaba la vida demasiado como para permitirse que la asesinaran. Respiró profundo tratando de calmarse y controlar sus nervios y sentimientos, de lo contrario arruinaría cualquier cosa que quisiera hacer. – Okay, tranquilo, ya te la doy- dijo tratando de convencer a Hazkos que no haría ninguna “acción heroica”, ninguna idiotez.
Pero la muchacha comenzó a gritar, a moverse y a patalear. Gritaba fuerte, enojada y molesta y lo insultaba mientras trataba de safarse con patadas. Tenía una personalidad realmente fuerte y decidida, se notaba, era alguien que no se dejaría pisotear por nadie. Aun así esa actitud no servía de nada en esas situaciones, pondrían nervioso a cualquiera que la rodeara. Al menos a él, lo desconcentraba. Por suerte la llave con la que había sido atrapada era efectiva es decir cuanto más se movía más presión ejerció sobre sus articulaciones y más dolor provocaba. Yume no tuvo más remedio que dejar de moverse.
- Tu cámara está en la mochila- dijo avanzando con pasos lentos y cortos, evitando de que se sintiera amenazado-voy hacia allí-
Rider pasó a un lado de Hazkos y Yume y se acercó a su mochila. Se arrodilló frente a ella y revolvió nuevamente su interior hasta encontrarla. Sin prestarle mucha atención, se levantó y enfrentó nuevamente a su enemigo levantando el brazo que sostenía la videocámara – Acá está, ahora suéltala- dijo con firmeza. Sabía que no podía confiar en él, incluso si le entregaba la cámara podría asesinarla. Debía hacer algo para separarlos a ambos – Ven a buscarla – dijo poniéndola en el suelo y alejándose de ella
Rider- Mensajes : 48
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Re: Matanza en la Ciudad [Libre]
Mientras comía un helado había escuchado de unos cierto rumores de unos jóvenes peleando, realmente no me apetecía ir ya que supuse que simplemente eran humanos común y corrientes o quien sabe. Deje pasar un poco y los chismes cada vez eran más intensos por lo que mi curiosidad llego más allá donde no debía. Pague el helado y fui a ver donde estaban. Pregunte para saber quien eran los dichosos jóvenes que estaban peleando, pero un hombre me detuvo ya que podía ser muy peligroso. Le mostré mi espada y de lo que era capaz de hacer. El hombre me dio las indicaciones y fui a paso tranquilo hacia ese lugar.
Al llegar estaba a una distancia prudente viendo que unos de los extraños jóvenes de cabellera rubia tenía en su poder a una muchacha y mientras el otro que más de una vez lo había visto también estaba en aquella pelea. -Pero que esta haciendo ese Rider ahí- Pensé. Había escuchado cierta conversación, no entendía mucho pero al parecer tenía de rehén a la chica.
Desde mi posición lance una bola de fuego negro llamado Plo black brism de tamaño medio. La gente observo anonadada los sucesos y viendo que yo lance una extraña bola oscura y anaranjada al rubio ese en dirección a la nuca del hombre. Mis ojos eran fríos y despiadantes no había nada en el mundo que me hiciera temblar.
Al llegar estaba a una distancia prudente viendo que unos de los extraños jóvenes de cabellera rubia tenía en su poder a una muchacha y mientras el otro que más de una vez lo había visto también estaba en aquella pelea. -Pero que esta haciendo ese Rider ahí- Pensé. Había escuchado cierta conversación, no entendía mucho pero al parecer tenía de rehén a la chica.
Desde mi posición lance una bola de fuego negro llamado Plo black brism de tamaño medio. La gente observo anonadada los sucesos y viendo que yo lance una extraña bola oscura y anaranjada al rubio ese en dirección a la nuca del hombre. Mis ojos eran fríos y despiadantes no había nada en el mundo que me hiciera temblar.
(Off: Me quería meter hace mucho, si no quieren borro el post n.n)
Lightning Farron- Mensajes : 243
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Fecha de inscripción : 22/06/2012
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