En la boca del diablo

Habían pasado muchas cosas últimamente pero ya era hora de volver con su entrenamiento. Primero se había encontrado con ese de nombre Trunks, lo cual fue bueno porque la pelea que tuvieron le sirvió como entrenamiento, además vio que no era el único ser humano con cola o más bien el único con cola, pues con el encuentro del nombre Broly, este le había dicho que no era humano, y además tuvo una excelente pelea con él, fue muy divertido, aunque este último quería matarlo, sin justificación algo que no entendía muy bien Goku. Por lo cual era momento de aumentar mucho más su resistencia física, ya había logrado eso con su cola, y su cuerpo también era fuerte, pero no era suficiente, por lo cual con su nube voladora se dirigió a un desierto.

Ese mismo desierto ya había pasado por el con anterioridad, sobre su nube claro, y en ese tiempo sintió un gran calor, un ambiente muy pesado y que provocaba que el cuerpo sudara demasiado, claro la fatiga dependía de la persona. Por lo cual llego al lugar y se bajó de la nube, pensaba cruzar todo el desierto por sí solo, para de esa manera ganar más resistencia

-Bien ¡Vamos!- Dijo con alegría y comenzó a caminar por el lugar

Al principio las cosas iban bien, hacía mucho calor claro, pero el niño pese su tamaño y edad, era muy resistente, ese calor no le detendría aunque claro, no podía decirse lo mismo de la noche, ya que si en el día hacia un terrible calor, en la noche haría un frio detestable, quedarías congelado. Para hacer las cosas más interesantes y más difíciles, no tomaría agua y ni comería durante ese tiempo, la verdad ni llevaba agua ni comida encima, por lo cual aunque quisiera no la tendría, claro ya con no comer, sería algo muy difícil para el pequeño

-¡No puedo más! Me muero de hambre- Su cara se demostraba lo hambriento, el desierto era largo, y si seguía caminando tardaría mucho, la verdad demasiado en cruzarlo, no le importó nada y velozmente comenzó a correr -¡Comida! ¡Comida! Comida, comida, comida.- Eso era lo que iba diciendo mientras corría, dejando una gran cantidad de tierra atrás del mientras corría, ya que la levantaba.

Si alguien lo viera desde lejos, pensaría que era más bien un animal salvaje corriendo a toda velocidad, porque la verdad levantaba demasiada arena al correr, tenía hambre, ya llevaba horas en el desierto, y eso sumado con la poca fuerza de voluntad de Goku para dejar de comer, quería cruzar lo más rápido que pudiera ese desierto, claro no haría trampa y usaría su nube, sino todo sería un desperdicio. Correr sería algo peligroso en ese ambiente, pero el solo pensaba en llevarse algo en la boca, y además pese lo peligroso que podría ser para alguien normal, en Goku no se aplicaba esa cosa, y más porque el siendo un niño había acabado con todo el ejército de la patrulla roja, por lo cual sería más que peligroso un buen ejercicio.

La sensación de miedo que le afligía poco a poco disminuyó..hasta que lo notó. Ya no sentía miedo, era un cambio radical, demasiado radical. Alzó una ceja mientras volvía a su posición inicial y se reía de si mismo.. ¿Se había asustado de un pajarito? Notó como el pequeño carpintero intentaba penetrar una roca sin éxito, debía estar perdido..y esa roca se asemejaba mucho a un gran árbol. Ladeó la cabeza y se encogió de hombros, estúpida imaginación.- Buena jugada - Rió para si y siguió su camino, solo para encontrar a una especie de mota en el camino. Mas, no era cualquier mota.. Esa mota dejaba una gran polvorada por el desierto, e iba demasiado rápido para tratarse de algo o alguien normal. Al parecer, ese día de locos iba solo en aumento. No podía pedir más. Suspiró y rascó su cabeza, revolviendo los blancos cabellos.- No se que diablos sea, pero tendré que ir a ver..-

Aquella mota por la lejanía que le veía tenía una extraña combinación de colores, que por velocidad no era realmente notoria. Intentó captarla caminando, pero su dirección era precisa, no se perdía fácilmente, así que debía conocer el lugar.- Mhh.. - Con ojo analítico observaba la escena. ¿Qué clase de monstruo podía correr así? Porque un humano..al menos, no conocía a nadie que pudiese. Comenzó a correr como si se tratase de un auto. Primera, segunda, tercera..cuarta. Su máxima velocidad estaba a la vuelta de la esquina, y empezaba a lograr lo que deseaba: Perseguir a la mota, y pronto, lograr ir a la par y pararla. Hasta que recordó algo.. ¿Qué se supone que iba a hacer?

“Es cierto..” Aun corriendo, lo cual hacía con parte de el cuerpo hacia adelante para evitar una mayor fricción con el viento, se había puesto a reflexionarlo. Si lo detenía así como así, probablemente ambos resultarían dañados y rodando por el suelo, dejando una polvorada aun mayor, y no sabía en absoluto de que se trataba. Movió la cabeza en negación y prosiguió, si se ponía a reconsiderarlo ahora, no llegaría a nada. Aumentó la velocidad como pudo, logrando luego de un par de segundos ponerse a la par. Fuese lo que fuese, tenía una gran resistencia, porque el pecho del peliblanco ya iba de arriba abajo con desesperación, le hacía mella el tener que recorrer tal distancia persiguiendo al blanco. Y ahí fue cuando lo vio..

- ¿Un niño? - Alzó su ceja y se detuvo de golpe. Había hablado muy fuerte, lo suficiente como para que el contrario lo escuchada.. ¿Qué demonios hacía un niño en el desierto? ¿Corriendo? Observaba con curiosidad desde la distancia al pequeño.. Se debatía si sacar la V-Max para atraparlo, pero..no sería justo.

Ya no podía más, tenía que conseguir su preciada comida. Pese que pudiera resistir tales temperaturas, la debilidad de Goku por la comida, dificultaba las cosas, imposible de poder resistirse y ordenar a su estómago que se calmara, tenía que comer. De por si al ingerir alimentos, lo hacía en gran cantidad era obvio que le sería imposible resistirse comer, y menos en un desierto donde por el clima, provocaba que el hambre y la sed se volvieran mayores, aunque lo último era lo que menos le preocupaba al coludo, lo único que quería llevarse un pan a la boca. Y allí iba corriendo, no andaba cansado, aun por el momento, y caminaba con gran fuerza como si de un animal salvaje se tratara, aunque era posible que ni los mismos duraran mucho hasta trotando en esas condiciones.

-¡Comida!- era lo único que decía en su carrera, y gritaba eso continuamente, tenía hambre y eso ya no lo podía ocultar, pero no quería abandonar el entrenamiento, si cruzaba el desierto, se podría decir que lo había superado, por lo cual podría comer, y era ese el motivo que corría, pues quería pasarlo cuanto más rápido fuera posible

Pequeñas gotas de sudor bajaban por la piel de su cara suavemente, y era muy pocas tomando en cuenta el clima y el ejercicio que andaba haciendo, lo cual delataba fácilmente la resistencia sobre humana que tenía el pequeño. Y atrapado en su frenesí, por acabar con esto lo más rápido, no noto que alguien había comenzado a perseguirlo y en poco tiempo se había puesto a su par. Y aunque estaba enseguida de él, él estaba cegado por el hambre, que solo veía su frente, sin querer detenerse, hasta que las palabras del chico que corría junto a él, fueron escuchadas por él, y ya distraído, también oyendo el sonido que hizo al frenar, termino por hacer lo mismo, quedando tan solo 10 metros de su lejanía

-¿Eh?- fue lo único que dijo cuándo se dio la vuelta y vio al chico de cabellos blancos detrás de él, y su extracción de duda de quién era ese sujeto cambio por una sonrisa, para luego comenzar acercarse, mientras posicionaba sus dos brazos detrás de su cabeza –Hola soy Son Goku, estoy entrenando ¿tu también verdad? – Una amplia sonrisa se esbozo en su rostro

Totalmente con confianza y sin menor preocupación, olvidando el hecho que tenía hambre por esos segundos, se acercó y se presentó, explicando lo que hacía en ese lugar, y pensando que ese joven también hacia lo mismo que él. Siendo que se encontraba con personas en lugares como estos o donde el entrenaba, siempre pensaba en lo mismo, que las demás personas andaban entrenando como el, y en la mayoría o más bien en todos, esto era totalmente falso, aunque al parecer esta sería la primera excepción que tendría.

Su total confianza con las demás personas, su despreocupación y su falta de vergüenza, eran una de las cosas que provocaban que Goku, hiciera fácilmente amigos, pues se acercaba a las personas sin temor, y les hablaba con total naturalidad. Claro había muchos que no tardaban en darse cuenta que la falta de modales y de sentido común del chico no era lo único que lo hacía diferente de las demás personas, pues era posible que ya en este punto en el cual él se había acercado a ese sujeto, ya se habría dado cuenta el mismo de la cola que tenía el pequeño, pues la misma se movía con tal suavidad y era visible a simple vista. Tomando también en cuenta que el niño no se molestaba en ocultarla, y estando a plena vista, era fácil detectarla.

Probablemente esto se estaba transformando en un espectáculo completamente estrafalario. Probablemente su cerebro se había fundido en algún momento de su vida y ahora estaba en un coma inducido por su estupidez, con partes de su cuerpo cercenadas y en un estado vegetal. Probablemente simplemente estaba imaginando todo lo que sucedía a su alrededor y solo vivía tal como quería por un mero capricho de su mente..

..Quizás. O quizá simplemente las cosas hoy en día eran más raras que como lo hacían años atrás. De todas maneras ¿Qué podría esperar? Tal vez muchos, muchos años atrás, la humanidad de manera común y corriente. Podrían haber personas que simplemente se la pasasen día y noche en sus casas, aunque aun ahora, eso sucedía, pero con la actual tecnología las sensaciones eran aun mayores en lo que sea que hicieran. Posiblemente pocos lograban juntar todos los estilos de batalla existentes en un solo torneo, o un campeonato, y todos estaban totalmente secularizados. Aun ahora sucedía, pero claro, en menor medida.

Aun así, aun con todo eso, no podía evitar sentir ese tipo de sorpresa. El chico parecía tener apenas y siete u ocho años de edad, o al menos, eso demostraba su cuerpo. Un rostro que a lo que podría imaginar, demostraba algo de inocencia. Posiblemente era así, o no, pero era algo que se podía notar por su parecer. Estaba detenido, acercándose, y ahora..casi frente a frente ante un completo desconocido. Con una sonrisa tan empalagosamente amable que incluso podría llegar a dar algo de miedo. ¿Podía acaso existir alguien así, realmente? Era difícil de descifrar, y un leve dolor de cabeza punzante apareció de tanto pensamiento, estúpido e inservible, por lo que solo respondió como si de un robot automatizado se tratase.

- Yo.. Si, eso hacía. - Su lengua se había trabado, a la vez que sus brazos se posaban en frente del pecho. Una posición "seria", mas que servía como una defensa, no solo física, también psicológica. Sabía algo de ese ámbito, el cuerpo se conjuga con la mente para las reacciones..esa era un método de defensa esencial. - Me llamo Mors. - La mente del peliblanco por fin lograba producir "aceite" para mover los "engranajes" que eran sus neuronas, una perfecta comparación tomando en cuenta sus lentas reacciones. Parecía un modelo antiguo, chatarra que hacía una acción en diez minutos, una computadora con el mínimo de ram. - ¿Dices que estás entrenando? - Y allí estaba, la idea, el foco encendido, por fin su mente había comenzado a trabajar bien, y ahora era tal como un último modelo.

- ¿Aquí? No es común que un niño se entrene, no tan joven. ¿Estás perdido?. - Seguía pensando que se trataba de un pequeño, mas ahora se movía con más soltura. El niño no parecía querer provocar daño, por lo que podía estar tranquilo. De todas maneras ¿Qué tan complicado sería dejarlo inconsciente si se pusieran a pelear? Dudaba que mucho, su cuerpo no demostraba mucha fuerza..de todas maneras, todas las apariencias engañan. No era bueno confiarse demasiado de un niño..a veces eran los peores.

Quito sus brazos detrás de su cabeza, y los puso a sus costados, observando con total tranquilidad al peli blanco con el cual se había encontrado, considerando alguien interesante, pues el clima allí era muy extremo, y si estaba entrenando, eso le daría a entender que era un artista marcial, lo cual eran las cosas que más le parecían divertidas al chico, encontrarse con demás personas, que les gustara pelear y entrenaran para hacerse fuerte, además competir con ellas, era lo más divertido de todo el mundo para él, medir su capacidad con otros del mismo nivel o mayor que los de él, eran cuando las cosas eran realmente más interesantes, tener que dar el extra para vencer a una persona, y saber que él es más poderoso que tú y aun así intentar ganar, dar todo, era lo que realmente era importante, y si lograbas ganar te sentías superado, y si perdía, tan solo sabias que debías entrenar más duro o de esa manera veía las cosas el niño de cabello de puntas, y eso era lo que había pensado al momento de pelear contra Jackie Chun y fue lo que pensó al perder, tenía que esforzarse más y era lo que estaba haciendo.

-¡Qué bien! Así que también te gusta pelear ¿verdad? –Pregunto algo obvio según él, ya que pensaba que alguien que entrenaba, es que le gustaba pelear al igual que él, pero la verdad, las personas podrían tener varias ideas para hacerse fuertes, y la diversión no era siempre la razón de ello, y tampoco de él, pues demás de esa fuerte razón, también estaba la de proteger a sus amigos y la gente que le necesite.

Su nombre era igual de raro que otros que ya había escuchado, Mors, Bulma, Trunks ¿Qué clase de nombres eran esos? Aunque la verdad el de él, tampoco era muy común, y tampoco el que tenía su abuelo, él no era el mejor, para saber cuál era un nombre normal y uno extraño, y le gustaba el suyo, así que por ello, no le parecía a el extraño pero para otros, tal vez sí. Todo indicaba que estaba algo extrañado de ver a Goku entrenando en ese lugar, tal vez era la primera vez que veía a un niño haciendo tal cosa, aunque la verdad tenia más edad de la que aparentaba, pero aun así, alguien de su edad en ese clima tan extremo, era realmente muy raro, y más que pudiera correr tan rápido aun pese esas condiciones y seguir como si nada. Mors aparentaba la edad que él debía tener, más o menos, así que estaban en igualdad. Andaba algo distraído, y esto era obvio, ya que ver al chico entrenando allí, no era la punta del iceberg, no había notado la cola que este llevaba con él, esa colita, que se movía suavemente de un lado para otro, y que delataba que no era un humano o por lo menos no uno común, siendo la respuesta acertada la primera.

-¿Extraño? Yo me entreno desde que tengo memoria con mi abuelito, además tu también estas entrenando, así que, no es raro- Expreso su pequeña opinión, ya el que estaba tan sumergido en el mundo de las artes marciales, las cosas que le podrían parecer anormales a otros, para el eran totalmente normales y de la vida cotidiana –Además tengo que entrenar muy duro, para ganar el siguiente torneo de las artes marciales, el pasado quede en segundo lugar, y esta vez quiero volverme enfrentarme a Jackie Chun e intentar vencerle esta vez, y será divertido pelear con el de nuevo jeje.-

Estaba completamente determinado a lograr tal objetivo, y si aumentaba su fuerza, el combate seria más divertido que la pasada vez, y esperaba también que ese viejo se hiciera también más fuerte, sin olvidar que quería ver más técnicas que usaba el, pues le parecieron realmente interesante.

-Lo más genial, es que también podía usar el Kame Hame ha, como yo y el maestro Roshi, además el de él era más fuerte y superior que el mío.- Le conto sobre aquello que vio, mientras que lo decía, se ponía en la posición que realizaba dicha técnica y empujaba sus brazos hacia adelante, como si lo hubiera lanzado.

Se puso hablar al respecto, que termino por decir cosas, que le parecerían sin importancia o que no tenían que ver para nada con respecto a ese sujeto, y la verdad perdió el hilo de la conversación, aunque tomando su forma de actuar, era algo que casi siempre solía pasar.

¿Que si le gustaba pelear? ¿Estaba bromeando? Tenía años vagando por el mundo haciendo lo que quisiera, mientras peleaba con diferentes personas, aprendiendo diferentes tipos de artes.. Pelear era lo mejor que hacía, eso y a veces tener epifanías debido a su cantidad excesiva de pensamientos en poco tiempo. Tal vez había alguna otra cosa.. Andar en motocicleta, pelear, hacer estrategias, pelear.. ¿Ya había mencionado que era bueno peleando?

Agitó su cabeza de lado a lado, intentando quitar la nueva gama de pensamientos que no servían para nada en ese instante. - Exacto. Mucho, he viajado por el mundo peleando contra muchas personas - Una sonrisa adornó su rostro a través de los labios, no muy curvada, pareciendo casi forzada. No lo era, a fin de cuentas, pero era una especie de "defecto", o eso a veces pensaba para si mismo. El hecho de no poder sonreír como los demás no le incomodaba en lo más mínimo, así había sido toda su vida, o hasta donde podía recordar. - Desde hacia muchos años comencé a vagar por el mundo, entrenándome y peleando contra rivales poderosos. Si perdía contra uno, me entrenaba hasta ir de nuevo a por él y vencerlo - De sus ojos se escapó un leve "brillo". El recordar esas anteriores peleas en su vida era algo que en verdad levantaba mucho el ánimo del peliblanco, no por ego, sino por la misma satisfacción de pelear. Claro..era un estilo de vida "sano", tomando en cuenta que no le agradaba quitarle la vida a un oponente si perdía.

Luego de unos segundos dubitativo en las cavilaciones, enfocó su vista en el acompañante que se hacía llamar Goku. Seguía pareciéndole pequeño, no le tiraba más de diez años de edad.. Cabello negro picudo, ojos de iris pequeño y negro, una cola.. Una cola.. ¿Había visto una cola? Su ceja se levantó en desconcierto natural, el parecía una persona común y corriente. Los únicos seres que había visto en el mundo con aspecto animal eran en su mayoría animal, nunca había visto a una persona que tuviesen un único rasgo. Quizá debería preguntarle luego sobre ello, por alguna extraña razón, no se le hacía normal, mas tampoco es que se escapase de la lógica. - Tu abuelo ¿Eh? - Sonriendo recordó como sus padres le habían entrenado desde pequeño, no para transformarlo en una máquina, sino para que supiese defenderse a menudo que creciera.

Luego en la charla saltó "ese" detalle.. Un torneo de artes marciales. Había oído de él, mas nunca se había inscrito. Peleaba para su propia diversión, no para la de otros que lo viesen, pero..se veía como un reto agradable. El niño dijo que entraría, no solo eso, había quedado en segundo lugar. Eso le hacía debatirse sobre las habilidades reales del niño con cola. ¿Tan poderoso era para quedar en segundo lugar? Casi impensable para alguien que no supiese de las artes marciales y estilos de pelea, pero para un conocedor, todo era posible. - Segundo lugar.. Me gustaría poder pelear contigo alguna vez, ya sea o no en ese torneo. -

En la mayor parte, todo lo que charlaba o hacía el chico le llamaba la atención. Era casi como si un psicólogo atendiese a un paciente tranquilamente, haciendo anotaciones, pensando en el como y el porqué.. Pensando en la razón. - ¿Kame..hame ha? - Ladeó la cabeza y se cruzó de brazos. Mencionó el que podía hacerla aquel tipo que le ganó en el torneo, luego que su maestro y él podían.. ¿Quizá había una conexión? O tal vez se apresuraba a pensar. - ¿Qué es lo que hace eso? - Repentinamente sus manos se posaron en la nuca, tomando la misma posición que había tenido Goku anteriormente. Había picado el anzuelo de la curiosidad, y ahora quería saber de que hablaba. Su posición se le hacía algo peculiar, y por lo que sospechaba internamente, se trataba de utilizar Ki.

Si lo pensaba bien.. Lo único que sabía hacer con el Ki eran un par de técnicas, además de poder volar. Y ahondando más, hasta donde su conocimiento llegaba, no todas las personas eran muy adeptas a usar el Ki. Encontrar a alguien que fuese capaz de usarlo para técnicas era un punto a favor, cosa que logró sacarle una sonrisa de lado a lado al de cabello blanco, mientras pequeñas brisas comenzaban a azotar el lugar. Un viento peculiar que solo provocaba el movimiento del cabello de Mors, y por ahora, no evocaba peligro alguno.